El 38% de los jóvenes afirma beber alcohol cuando va a conducir

MADRID, 30 (SERVIMEDIA)

El 38% de los jóvenes afirma consumir alcohol cuando van a conducir, según datos facilitados este lunes en rueda de prensa por la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) procedentes de una encuesta realizada en 2011.

Por el contrario, el 62% declara no beber alcohol cuando van a coger el coche, una actitud que aumenta entre las mujeres (72%) y entre los jóvenes de 18 a 20 años (77%). El uso del coche como medio de transporte para salir de marcha sigue siendo mayoritario y el 67% de los encuestados afirma conocer la figura del conductor alternativo y lo que implica.

Estas conclusiones fueron expuestas por Bosco Torremocha, director ejecutivo de FEBE, en la presentación de los resultados anuales del programa Noc-Turnos, que promueve desde hace 11 años esta asociación.

En el marco de esta presentación, Torremocha firmó con la directora general de Tráfico, María Seguí, un acuerdo de colaboración para la promoción de hábitos responsables al volante, con la intención de reducir la incidencia del consumo de alcohol en la siniestralidad viaria.

El 74% de los conductores optan por el consumo cero de alcohol desde el principio de la noche, el porcentaje más alto desde que se hace este estudio, mientras que el 21% prefiere "dejar de beber" en algún momento de la velada.

Por otro lado, un 81% de los jóvenes intenta convencer al conductor de que no coja el coche si ha consumido alcohol, mientras que el 54% está dispuesto a buscar cualquier otra alternativa de transporte para no volver a casa con alguien que se pone al volante tras haber bebido.

Torremocha destacó que, un año más, los datos demuestran que "el comportamiento de los jóvenes en cuanto a alcohol y conducción es cada vez más responsable, con un 62% que nunca bebe si va a conducir".

Por su parte, la directora general de Tráfico indicó que, a pesar de que la mayoría de jóvenes no beba cuando conduce, "sigo preocupada" por que sí lo haga el 38% y, lo que es más grave, que ni siquiera admita la posibilidad de renunciar a esa conducta.