MADRID, 01 (SERVIMEDIA) La comunidad judía recuerda a sus difuntos cada semana en la celebración del 'shabat' y cuando sus miembros visitan los cementerios suelen encender velas y depositar hierbas o piedras sobre las lápidas, como señal de visita. Según la Federación de Comunidades Judías de España, a diferencia de los católicos, que celebran este 2 de noviembre el Día de los Difuntos, el judaísmo no tiene establecida una fecha para honrar a sus muertos a nivel mundial. No obstante, según pudo saber Servimedia, la comunidad judía de Melilla visita los cementerios el domingo 18 de mayo, festividad de la 'Hilulá', celebración que es equivalente al Día de los Difuntos católico, aunque “en vez de llevar flores se encienden velas”, explicó el rabino principal de la comunidad judía de Melilla, Yamín Bittan. Yamin Bittan, que también preside la funeraria hebrea de la ciudad autónoma, explicó que los judíos se consideran “santos” una vez que fallecen, “pues una vez muerto ya se es un santo. Ya no puede discutir, hablar mal ni decir nada malo, se convierte en un santo”. Aunque, según explicó, en Melilla los judíos no llevan flores al cementerio, sí que hay comunidades de Bulgaria y Austria en las que se utilizan. También, según en qué país, se suelen colocar piedras sobre las lápidas, como ocurre en el cementerio judío de Jerusalén. “Los sefarditas del mundo entero ponemos hierbas, porque todas las tumbas tienen una pequeña caseta en la cabecera donde se encienden velas, como señal de que alguien ha estado visitando”, recordó el rabino, quien también describió que a los muertos judíos se les viste con siete prendas, “como el gran sacerdote de la casa santa”. LA 'HILULÁ' El día de la 'Hilulá', “todo el mundo va al cementerio, tenga muertos o no”, comentó el líder hebreo melillense, que recuerda que el nombre de la celebración le viene en homenaje al rabino Simón Bar Iohai, que precisamente falleció ese día. La festividad va rotando en fechas siguiendo el calendario hebreo, que es lunar. Sin embargo, según expuso el rabino, ese día prácticamente toda la comunidad –que en Melilla ronda el millar de seguidores– se lo toma libre. Melilla cuenta con tres cementerios, que dan sepultura a unos 5.000 cuerpos. La población hebrea de Melilla alcanzó las 7.000 personas entre mediados del siglo XIX y principios del XX, si bien posteriormente muchos marcharon a la España peninsular, Israel o Venezuela, según recordó el rabino melillense. Yamin Bittan, que lleva 32 años desempeñando ese cargo, también presumió de que la convivencia con los fieles de otras confesiones es “fantástica” en su ciudad.
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