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Etiquetas | Mónica Oltra | Dimisión | acusación | Tribunal de Justicia
Ni una sola de las feministas de izquierda que viven del cuento se ha ocupado de Maite

La ultra Oltra

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De muy poco le vana servir a la comunista Oltra los bailes que protagonizó con sus compañeros para celebrar su citación por el Tribunal de Justicia de la Comunidad Valenciana. Y menos aún, sus bravatas asegurando que no iba a dimitir. Bravatas que han decaído cuando le han explicado que ya está bien de poner trabas a la Justicia. Adonde deberá aclarar las guarrerías cometidas y no le valdrán los apoyos del presidente valenciano que también tiene un negro porvenir para seguir gobernando aquella región española que está sufriendo (como sufrió Andalucía) a unos socialistas que tendrán que dar cuentas a la Justicia. 


Oltra ha dicho que se va “con la cabeza bien alta y los dientes apretados”: Muy pronto puede que baje la cabeza y tenga que aflojar los dientes. También ha dicho que esto es “una cacería de la extrema derecha”. Mire señora Ultra, no busque culpables porque ya ha acreditado usted bastantes cacerías a valencianos honrados, durante muchos años, por asuntos en los que la Justicia no ha encontrado culpabilidad alguna. 


Lo suyo es fácil que no tenga un fin tan halagüeño porque las acusaciones contra usted, no son inventos de cuatro trajes o algo parecido y tiene una carga tan compleja que pudiera acarrearle dolores de cabeza y perder algún diente que otro. Y si tiene algo de dignidad, rectifique su actitud y pida perdón a Maite, la joven a la que desprotegió y perjudicó descaradamente cuando era una menor tutelada y usted la consejera de Igualdad y encubridora de su marido, Luis Eduardo Ramirez, educador y causante de los abusos sexuales.Y, también, por despedirla de su puesto de trabajo en la Consejería de Sanidad, cuya reclamación está pendiente de resolver. Fíjese bien y medite: ella, Maite, la que sufrió las agresiones sexuales del condenado Ramirez, y que tuvo la desgracia, además, de ir conducidaal juzgado siendo la víctima y denunciante ¡qué país!, ha dicho que “no le guarda rencor”. 


Aprovecho para resaltar que ni una sola de las feministas de izquierda que viven del cuento, se ha ocupado de Maite. Seguramente pensarán que es preferible (siempre) salvar a la “Soldada Oltra”.

La ultra Oltra

Ni una sola de las feministas de izquierda que viven del cuento se ha ocupado de Maite
Gabriel Muñoz Cascos
sábado, 25 de junio de 2022, 11:51 h (CET)

De muy poco le vana servir a la comunista Oltra los bailes que protagonizó con sus compañeros para celebrar su citación por el Tribunal de Justicia de la Comunidad Valenciana. Y menos aún, sus bravatas asegurando que no iba a dimitir. Bravatas que han decaído cuando le han explicado que ya está bien de poner trabas a la Justicia. Adonde deberá aclarar las guarrerías cometidas y no le valdrán los apoyos del presidente valenciano que también tiene un negro porvenir para seguir gobernando aquella región española que está sufriendo (como sufrió Andalucía) a unos socialistas que tendrán que dar cuentas a la Justicia. 


Oltra ha dicho que se va “con la cabeza bien alta y los dientes apretados”: Muy pronto puede que baje la cabeza y tenga que aflojar los dientes. También ha dicho que esto es “una cacería de la extrema derecha”. Mire señora Ultra, no busque culpables porque ya ha acreditado usted bastantes cacerías a valencianos honrados, durante muchos años, por asuntos en los que la Justicia no ha encontrado culpabilidad alguna. 


Lo suyo es fácil que no tenga un fin tan halagüeño porque las acusaciones contra usted, no son inventos de cuatro trajes o algo parecido y tiene una carga tan compleja que pudiera acarrearle dolores de cabeza y perder algún diente que otro. Y si tiene algo de dignidad, rectifique su actitud y pida perdón a Maite, la joven a la que desprotegió y perjudicó descaradamente cuando era una menor tutelada y usted la consejera de Igualdad y encubridora de su marido, Luis Eduardo Ramirez, educador y causante de los abusos sexuales.Y, también, por despedirla de su puesto de trabajo en la Consejería de Sanidad, cuya reclamación está pendiente de resolver. Fíjese bien y medite: ella, Maite, la que sufrió las agresiones sexuales del condenado Ramirez, y que tuvo la desgracia, además, de ir conducidaal juzgado siendo la víctima y denunciante ¡qué país!, ha dicho que “no le guarda rencor”. 


Aprovecho para resaltar que ni una sola de las feministas de izquierda que viven del cuento, se ha ocupado de Maite. Seguramente pensarán que es preferible (siempre) salvar a la “Soldada Oltra”.

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