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Seamos consecuentes y demos importancia a lo que de verdad nos debe preocupar

Entre pijas anda el juego

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Ahora resulta que hay quien le importa más un vestido, vamos un trapo, que cubre las turgentes carnes, que los problemas que tenemos en el mundo: guerra, recesión, combustibles, falta de alimentos … Cuando lo he leído se me han abierto las carnes y me ha dado la risotada propia de la situación, que ha salido en la cadena de la teta y el culo -perdón, pero se le conoce con esta denominación- en uno de sus programas como quiera la cosa fundamental para la vida del común de los ciudadanos del mundo.


La presunta pija reconvertida Carmen Lomana, ha formulado una serie de palabras malsonantes por haber tenido la desfachatez de que otra presunta pija Tamara Falcó -esa chiquita que habla con Dios y que debe tener hilo directo con el Vaticano terrenal- le copiara un trapito en un evento social. No lo puede permitir, ya que a sus 70 y tantos años, según ella “el vestido me flipaba mucho y me sienta mucho mejor”. Claro como las lorzas no se le notan, seguro que se habrá quitado las costillas flotantes y solo tomará caldo de apio y pechuguita de pollo de corral sin estresar. Encima de todo, lo puso en su cuenta de Instagram, ese lugar estúpido creado para que las “vanitatis” luzcan sus modelitos con total impunidad.


¿De verdad que esta pija poli-operada solo le preocupa lo que luce la otra? Yo creo que como se aburre en su palacete de cristal madrileño, tiene la necesidad de cargar contra todo lo que se mueve y más si han tenido la “osadía” de copiarle un trapito que cubre sus vergüenzas porque las debe tener hermosas, sobre todo teniendo en cuenta los años que por mucha cremita y botox que nos pongamos el cuerpo sigue su camino natural hacia la decrepitud. Y hay que saberlo aceptar. Es de personas cabales e inteligentes hacerlo, porque la edad es la compañera que tenemos y no se la puede engañar.


Yo sigo teniendo las preguntas que hasta ahora me he hecho: ¿de verdad es tan grave que nos copien un modelito? ¿No será más grave pactar con terroristas, hacer caer las bolsas, dejar con incertidumbre a las empresas españolas, ver como se queman nuestros bosques, la despoblación o todos los españoles que no llegan a final de mes? Creo que resulta más grave que los niños no puedan comer, que tengamos unos índices de pobreza elevadísimos, que hayan carencias alimenticias sobre todo de productos básicos o que la luz, gas, gasolina, y el butano suban cada día más, en una escalada que no sabemos lo que nos deparará el próximo y cercano otoño-invierno.


Pero claro, todos estos problemas mundanos a Carmen Lomana ni le van ni le vienen. Ella con tal de figurar, nos muestra en varias revistas sus vestidos, joyas, maquillajes, perfumes, cuadros, muebles, abrigos, y toda suerte de objetos que cuando parta para el otro mundo, no se va a llevar. A lo mejor le reclamará a san Pedro que no le ponga una túnica tan blanca porque no es tendencia celestial. Y seguro que entrará en cólera cuando descubra que todos llevamos la misma vestimenta: una hermosa bata grande y blanca porque ya estaremos gozando de la dicha de Dios.


Seamos consecuentes con la realidad de la vida. Y no nos dejemos llevar por el ridículo más espantoso que no es otro que ir a contar las miserias humanas y en particular las propias, aireándolas en un programa televisivo que seguro le habrán retribuido bien y que no ha hecho más que un ridículo espantoso. Seamos consecuentes y demos importancia a lo que de verdad nos debe preocupar y no banalidades propias del pijoterio más arcaico y caduco.

Entre pijas anda el juego

Seamos consecuentes y demos importancia a lo que de verdad nos debe preocupar
Manuel Ibañez Ferriol
jueves, 14 de julio de 2022, 09:30 h (CET)

Ahora resulta que hay quien le importa más un vestido, vamos un trapo, que cubre las turgentes carnes, que los problemas que tenemos en el mundo: guerra, recesión, combustibles, falta de alimentos … Cuando lo he leído se me han abierto las carnes y me ha dado la risotada propia de la situación, que ha salido en la cadena de la teta y el culo -perdón, pero se le conoce con esta denominación- en uno de sus programas como quiera la cosa fundamental para la vida del común de los ciudadanos del mundo.


La presunta pija reconvertida Carmen Lomana, ha formulado una serie de palabras malsonantes por haber tenido la desfachatez de que otra presunta pija Tamara Falcó -esa chiquita que habla con Dios y que debe tener hilo directo con el Vaticano terrenal- le copiara un trapito en un evento social. No lo puede permitir, ya que a sus 70 y tantos años, según ella “el vestido me flipaba mucho y me sienta mucho mejor”. Claro como las lorzas no se le notan, seguro que se habrá quitado las costillas flotantes y solo tomará caldo de apio y pechuguita de pollo de corral sin estresar. Encima de todo, lo puso en su cuenta de Instagram, ese lugar estúpido creado para que las “vanitatis” luzcan sus modelitos con total impunidad.


¿De verdad que esta pija poli-operada solo le preocupa lo que luce la otra? Yo creo que como se aburre en su palacete de cristal madrileño, tiene la necesidad de cargar contra todo lo que se mueve y más si han tenido la “osadía” de copiarle un trapito que cubre sus vergüenzas porque las debe tener hermosas, sobre todo teniendo en cuenta los años que por mucha cremita y botox que nos pongamos el cuerpo sigue su camino natural hacia la decrepitud. Y hay que saberlo aceptar. Es de personas cabales e inteligentes hacerlo, porque la edad es la compañera que tenemos y no se la puede engañar.


Yo sigo teniendo las preguntas que hasta ahora me he hecho: ¿de verdad es tan grave que nos copien un modelito? ¿No será más grave pactar con terroristas, hacer caer las bolsas, dejar con incertidumbre a las empresas españolas, ver como se queman nuestros bosques, la despoblación o todos los españoles que no llegan a final de mes? Creo que resulta más grave que los niños no puedan comer, que tengamos unos índices de pobreza elevadísimos, que hayan carencias alimenticias sobre todo de productos básicos o que la luz, gas, gasolina, y el butano suban cada día más, en una escalada que no sabemos lo que nos deparará el próximo y cercano otoño-invierno.


Pero claro, todos estos problemas mundanos a Carmen Lomana ni le van ni le vienen. Ella con tal de figurar, nos muestra en varias revistas sus vestidos, joyas, maquillajes, perfumes, cuadros, muebles, abrigos, y toda suerte de objetos que cuando parta para el otro mundo, no se va a llevar. A lo mejor le reclamará a san Pedro que no le ponga una túnica tan blanca porque no es tendencia celestial. Y seguro que entrará en cólera cuando descubra que todos llevamos la misma vestimenta: una hermosa bata grande y blanca porque ya estaremos gozando de la dicha de Dios.


Seamos consecuentes con la realidad de la vida. Y no nos dejemos llevar por el ridículo más espantoso que no es otro que ir a contar las miserias humanas y en particular las propias, aireándolas en un programa televisivo que seguro le habrán retribuido bien y que no ha hecho más que un ridículo espantoso. Seamos consecuentes y demos importancia a lo que de verdad nos debe preocupar y no banalidades propias del pijoterio más arcaico y caduco.

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