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Etiquetas | Entrevista | B. S. Pérez | Escritor | Murcia | thriller | Novela Negra
Entrevista al escritor murciano B. S. Pérez, autor de «El silencio del fraile»

«Algunos por redes ya me han llamado el ‘Dan Brown jumillano’»

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El silencio del fraile


Asegura este escritor murciano que comenzó a dar forma a la idea de su primera novela tras recibir una simpática amenaza de su hoy esposa, y el camino posterior, si bien no ha estado exento de esfuerzo, lo ha llenado de experiencias placenteras y de un orgullo enorme por ver el producto final en que se ha convertido. Hoy, los lectores celebran su primera incursión literaria, este El silencio del fraile que en el futuro se convertirá en una trilogía.


Cuentas que la idea para escribir El silencio del fraile surgió durante el confinamiento, cuéntanos cómo fue.

«O escribes un libro, o esto se acaba aquí». Tenía esta cariñosa amenaza de mi mujer pendiente de cumplir desde hacía 17 años, así que, a los pocos días de pasar horas encerrado entre cuatro paredes, esquivando objetos voladores en forma de coches y peluches que iban directos a mi cabeza, lanzados con toda la inocente malicia del mundo por una niña de un año, se debió de reactivar esa tarea que tenía pendiente durante tanto tiempo y decidí que había llegado el momento.

El silencio del fraile nació en una de las salidas permitidas para hacer ejercicio. Recuerdo que, subiendo al castillo de Jumilla con mi mujer, empezaron a llegarme ideas, preguntas, respuestas a esas preguntas, recuerdos de historias que había escuchado; y, para mi sorpresa, todo empezó a encajar...


¿Qué te ha parecido lo más complicado del proceso de creación de El silencio del fraile?

Sinceramente, si hablamos de creación como tal, diría que nada. Por suerte, tuve la historia muy clara desde el principio, y prácticamente, gracias al trabajo de documentación, a las «conversaciones en la lumbre» y a lo que me divertía escribiéndola, me resultó fácil redactarla.


Pero después vendría «lo bueno»: varios meses de corrección y de vueltas a la almohada.

Era mi primera novela, y quería que fuese especial, que no fuese una más. Necesitaba que fuese «perfecta», y para ello hay que dedicarle mucho esfuerzo y, como en mi caso, tener un poco de suerte. Yo la tuve cuando encontré por redes sociales a Pablo Yagüe, diseñador de la portada y del plano interior. Él me recomendó a Alicia Moll, mi correctora y diría que también editora, por todo lo que se implica en la novela (siempre le digo que un trocito es suyo), y a su vez, Alicia me recomendó a Mery, mi maquetadora, que le puso el broche final a un proyecto del cual estoy muy orgulloso.


El silencio del fraile forma parte de una trilogía, ¿estás ya escribiendo la siguiente entrega?

Sí, llevo unas 100 páginas, pero, aunque tenía clara la historia desde el primer momento, decidí «pausar» la escritura, ya que entendía que debía dedicarle un poco más de tiempo a El silencio del fraile. Quería centrar mis esfuerzos en su promoción, en llegar al mayor número de lectores posible, y se requiere mucho tiempo para ello. De todas formas, mi pobre almohada aguanta cada noche mis vueltas, suspiros y respingos mientras le doy forma a esta segunda entrega. No quiero adelantarme, pero esa frase de «segundas partes nunca fueron buenas» no saldrá de ninguno de mis lectores. A mí, me está encantando.


¿Qué les dirías a los lectores para animarlos a leer tu libro?

Si quieren una historia que los atrape desde el primer capítulo, los mantenga en vilo durante otros cuarenta y cinco y que a cada capítulo que termine los obligue a continuar leyendo mientras intentan averiguar quién es el/la asesin@... Este es el libro que están buscando. Por no hablar de la última frase de la novela, que tirará por los suelos todas sus teorías anteriores...


Cuentas que fue tu novia la que te animó a que escribieses, ¿qué papel juega ella en toda esta aventura?

Pues, quizá, si no fuese por su «amenaza», esta novela no se hubiese publicado nunca... Me explico: cuando éramos novios, sin redes sociales y sin saldo para hacer llamadas, era frustrante querer decir algo en 160 caracteres. Así que, dada mi afición a la lectura pensé: «¿Por qué no le escribo una carta?». No le gustó. Le encantó. Tanto que un día me dijo: «Tienes que escribir un libro. Tú vales para esto». Sugerencia que más tarde se convertiría en una cariñosa amenaza: «O escribes un libro, o esto se acaba aquí».


Desde el día que dije «Estoy listo. Puedo y debo hacerlo», me ha apoyado de forma incondicional. Ha sufrido con silenciosa paciencia un año difícil y, al mismo tiempo, ha sacado adelante un hogar, una vida, un sueño.


No hay muchas novelas ambientadas en Jumilla, ¿qué te hizo pensar que tu localidad natal era el mejor escenario para un thriller?

En mi caso, y creo que muchos escritores compartirán mi punto de vista, lo que yo busqué a la hora de decidirme por mi localidad fue crear algo auténtico, algo que sintiese como mío, de lo que me sintiese orgulloso, y Jumilla lo es. La riqueza histórica, arqueológica, y mágica también, que tiene la ciudad, unida a la imaginación del escritor, hacen que crear una historia sea un poquito más fácil, y más cuando un trocito de ti forma parte de esa historia.


Con esta premisa, el género es lo de menos, aunque no he de negar que, gustándome la novela negra, me lo haya pasado en grande imaginando formas de matar mientras recorría distintos lugares de la ciudad. Algunos muy muy buenos, pero esos de momento me los guardo hasta la segunda parte...


Me ha parecido un gran acierto que incluyas en tu novela un callejero con las principales localizaciones de la misma. ¿Cómo de importante es para ti cuidar esta clase de detalles?

Quiero que Jumilla sea algo más que una palabra para el lector, que cuando tenga la novela en sus manos sea capaz de «sumergirse» en la historia, en la ciudad. La imaginación juega un papel fundamental cuando leemos, pero ayudándolo con un plano, además, cuidando todo lujo de detalles y hecho con mucho cariño por un gran profesional como Pablo Yagüe, creo que hemos conseguido transmitirle al lector un poquito de la historia y la magia que se percibe en las calles de Jumilla. Al ser localizaciones reales, se despierta el interés por conocerlas, y ya son muchos lectores los que se han anotado esta ciudad como uno de sus próximos destinos, y yo no puedo estar más contento por ello.


¿Qué tipo de personajes te gusta más escribir?

Sinceramente, me gusta tanto escribir que disfruto creando una historia en la que los personajes son todos igual de protagonistas para mí. Es decir, no pongo el foco o hago mejor un personaje que otro, los disfruto todos por igual; eso sí, dándole a cada uno el rol que le pertenece.


Aunque, echando la vista atrás..., tengo que reconocer que me lo he pasado mejor siempre con los personajes más «problemáticos», a los cuales suelo añadirles un toque de humor irónico.

Esta es una de las ventajas de la escritura: puedes crear de la nada tu personaje perfectamente imperfecto.


¿Qué significaría para ti que te contactase una gran editorial?

Una oportunidad. Un reconocimiento al trabajo bien hecho. Una ventana. La respuesta fácil sería «hacer realidad mi sueño», y en gran parte así es, pero sobre todo porque haría que El silencio del fraile llegase más lejos todavía. Hoy día todavía hay lectores que, si no ven el sello de una editorial en la portada, creen que el libro no merece la pena, porque nadie con criterio lo ha «revisado», y no es así, hay autopublicados en Amazon de enorme calidad, pero, para descubrirlos, alguien tiene que apostar por ellos.


Autopublicar me ha dado la oportunidad de crear el libro decidiendo hasta el último detalle, es mi primera novela y quería que fuese «perfecta». Cuando la tienes en las manos y echas un vistazo a sus páginas, ves que detrás hay un enorme trabajo de profesionales: corrección, maquetación, diseño, horas de sueño sacrificadas; un trabajo del cual estoy enormemente orgulloso.


No busco una editorial en particular. Sí que es cierto que me fijo en aquellas que publican libros con los que yo me identifico, como son los de César Pérez Gellida, Dan Brown, Eva García Sáenz de Urturi... Y suelen ser de los sellos Penguin Random House o Planeta... No es que quiera entrar por la puerta grande con mi primera novela, porque publicar con SUMA o Destino, editoriales de estos sellos, Salamandra Black, etc. para mí ya sería (se viene la respuesta fácil) un sueño hecho realidad.   


¿Con qué autor o autores te gustaría que te comparasen?

El solo hecho de compararme ya sería un halago, pero lo cierto es que por redes algunos ya me han llamado «El Dan Brown jumillano». No sé si es porque El silencio del fraile tiene cierta similitud o porque saben que tengo todos los libros de Dan Brown...


Yo soy yo, B.S.Pérez, y, de hecho, al utilizar un seudónimo, demuestro que lo que quiero es que las historias sean las protagonistas, no quien las escribe. Quiero que, tal y como está pasando, los lectores vayan a la librería o entren en Amazon buscando El silencio del fraile, esa novela negra que transcurre en Jumilla y te engancha desde la primera hasta la última página.


Pero sí hay uno que me haría especial ilusión, quien me atrapó con su libro Memento Mori en un viaje en tren y por quien empecé a escribir: César Pérez Gellida, el vallisoletano escritor de novela negra. 

«Algunos por redes ya me han llamado el ‘Dan Brown jumillano’»

Entrevista al escritor murciano B. S. Pérez, autor de «El silencio del fraile»
Eva Fraile Rodríguez
miércoles, 12 de abril de 2023, 09:23 h (CET)

El silencio del fraile


Asegura este escritor murciano que comenzó a dar forma a la idea de su primera novela tras recibir una simpática amenaza de su hoy esposa, y el camino posterior, si bien no ha estado exento de esfuerzo, lo ha llenado de experiencias placenteras y de un orgullo enorme por ver el producto final en que se ha convertido. Hoy, los lectores celebran su primera incursión literaria, este El silencio del fraile que en el futuro se convertirá en una trilogía.


Cuentas que la idea para escribir El silencio del fraile surgió durante el confinamiento, cuéntanos cómo fue.

«O escribes un libro, o esto se acaba aquí». Tenía esta cariñosa amenaza de mi mujer pendiente de cumplir desde hacía 17 años, así que, a los pocos días de pasar horas encerrado entre cuatro paredes, esquivando objetos voladores en forma de coches y peluches que iban directos a mi cabeza, lanzados con toda la inocente malicia del mundo por una niña de un año, se debió de reactivar esa tarea que tenía pendiente durante tanto tiempo y decidí que había llegado el momento.

El silencio del fraile nació en una de las salidas permitidas para hacer ejercicio. Recuerdo que, subiendo al castillo de Jumilla con mi mujer, empezaron a llegarme ideas, preguntas, respuestas a esas preguntas, recuerdos de historias que había escuchado; y, para mi sorpresa, todo empezó a encajar...


¿Qué te ha parecido lo más complicado del proceso de creación de El silencio del fraile?

Sinceramente, si hablamos de creación como tal, diría que nada. Por suerte, tuve la historia muy clara desde el principio, y prácticamente, gracias al trabajo de documentación, a las «conversaciones en la lumbre» y a lo que me divertía escribiéndola, me resultó fácil redactarla.


Pero después vendría «lo bueno»: varios meses de corrección y de vueltas a la almohada.

Era mi primera novela, y quería que fuese especial, que no fuese una más. Necesitaba que fuese «perfecta», y para ello hay que dedicarle mucho esfuerzo y, como en mi caso, tener un poco de suerte. Yo la tuve cuando encontré por redes sociales a Pablo Yagüe, diseñador de la portada y del plano interior. Él me recomendó a Alicia Moll, mi correctora y diría que también editora, por todo lo que se implica en la novela (siempre le digo que un trocito es suyo), y a su vez, Alicia me recomendó a Mery, mi maquetadora, que le puso el broche final a un proyecto del cual estoy muy orgulloso.


El silencio del fraile forma parte de una trilogía, ¿estás ya escribiendo la siguiente entrega?

Sí, llevo unas 100 páginas, pero, aunque tenía clara la historia desde el primer momento, decidí «pausar» la escritura, ya que entendía que debía dedicarle un poco más de tiempo a El silencio del fraile. Quería centrar mis esfuerzos en su promoción, en llegar al mayor número de lectores posible, y se requiere mucho tiempo para ello. De todas formas, mi pobre almohada aguanta cada noche mis vueltas, suspiros y respingos mientras le doy forma a esta segunda entrega. No quiero adelantarme, pero esa frase de «segundas partes nunca fueron buenas» no saldrá de ninguno de mis lectores. A mí, me está encantando.


¿Qué les dirías a los lectores para animarlos a leer tu libro?

Si quieren una historia que los atrape desde el primer capítulo, los mantenga en vilo durante otros cuarenta y cinco y que a cada capítulo que termine los obligue a continuar leyendo mientras intentan averiguar quién es el/la asesin@... Este es el libro que están buscando. Por no hablar de la última frase de la novela, que tirará por los suelos todas sus teorías anteriores...


Cuentas que fue tu novia la que te animó a que escribieses, ¿qué papel juega ella en toda esta aventura?

Pues, quizá, si no fuese por su «amenaza», esta novela no se hubiese publicado nunca... Me explico: cuando éramos novios, sin redes sociales y sin saldo para hacer llamadas, era frustrante querer decir algo en 160 caracteres. Así que, dada mi afición a la lectura pensé: «¿Por qué no le escribo una carta?». No le gustó. Le encantó. Tanto que un día me dijo: «Tienes que escribir un libro. Tú vales para esto». Sugerencia que más tarde se convertiría en una cariñosa amenaza: «O escribes un libro, o esto se acaba aquí».


Desde el día que dije «Estoy listo. Puedo y debo hacerlo», me ha apoyado de forma incondicional. Ha sufrido con silenciosa paciencia un año difícil y, al mismo tiempo, ha sacado adelante un hogar, una vida, un sueño.


No hay muchas novelas ambientadas en Jumilla, ¿qué te hizo pensar que tu localidad natal era el mejor escenario para un thriller?

En mi caso, y creo que muchos escritores compartirán mi punto de vista, lo que yo busqué a la hora de decidirme por mi localidad fue crear algo auténtico, algo que sintiese como mío, de lo que me sintiese orgulloso, y Jumilla lo es. La riqueza histórica, arqueológica, y mágica también, que tiene la ciudad, unida a la imaginación del escritor, hacen que crear una historia sea un poquito más fácil, y más cuando un trocito de ti forma parte de esa historia.


Con esta premisa, el género es lo de menos, aunque no he de negar que, gustándome la novela negra, me lo haya pasado en grande imaginando formas de matar mientras recorría distintos lugares de la ciudad. Algunos muy muy buenos, pero esos de momento me los guardo hasta la segunda parte...


Me ha parecido un gran acierto que incluyas en tu novela un callejero con las principales localizaciones de la misma. ¿Cómo de importante es para ti cuidar esta clase de detalles?

Quiero que Jumilla sea algo más que una palabra para el lector, que cuando tenga la novela en sus manos sea capaz de «sumergirse» en la historia, en la ciudad. La imaginación juega un papel fundamental cuando leemos, pero ayudándolo con un plano, además, cuidando todo lujo de detalles y hecho con mucho cariño por un gran profesional como Pablo Yagüe, creo que hemos conseguido transmitirle al lector un poquito de la historia y la magia que se percibe en las calles de Jumilla. Al ser localizaciones reales, se despierta el interés por conocerlas, y ya son muchos lectores los que se han anotado esta ciudad como uno de sus próximos destinos, y yo no puedo estar más contento por ello.


¿Qué tipo de personajes te gusta más escribir?

Sinceramente, me gusta tanto escribir que disfruto creando una historia en la que los personajes son todos igual de protagonistas para mí. Es decir, no pongo el foco o hago mejor un personaje que otro, los disfruto todos por igual; eso sí, dándole a cada uno el rol que le pertenece.


Aunque, echando la vista atrás..., tengo que reconocer que me lo he pasado mejor siempre con los personajes más «problemáticos», a los cuales suelo añadirles un toque de humor irónico.

Esta es una de las ventajas de la escritura: puedes crear de la nada tu personaje perfectamente imperfecto.


¿Qué significaría para ti que te contactase una gran editorial?

Una oportunidad. Un reconocimiento al trabajo bien hecho. Una ventana. La respuesta fácil sería «hacer realidad mi sueño», y en gran parte así es, pero sobre todo porque haría que El silencio del fraile llegase más lejos todavía. Hoy día todavía hay lectores que, si no ven el sello de una editorial en la portada, creen que el libro no merece la pena, porque nadie con criterio lo ha «revisado», y no es así, hay autopublicados en Amazon de enorme calidad, pero, para descubrirlos, alguien tiene que apostar por ellos.


Autopublicar me ha dado la oportunidad de crear el libro decidiendo hasta el último detalle, es mi primera novela y quería que fuese «perfecta». Cuando la tienes en las manos y echas un vistazo a sus páginas, ves que detrás hay un enorme trabajo de profesionales: corrección, maquetación, diseño, horas de sueño sacrificadas; un trabajo del cual estoy enormemente orgulloso.


No busco una editorial en particular. Sí que es cierto que me fijo en aquellas que publican libros con los que yo me identifico, como son los de César Pérez Gellida, Dan Brown, Eva García Sáenz de Urturi... Y suelen ser de los sellos Penguin Random House o Planeta... No es que quiera entrar por la puerta grande con mi primera novela, porque publicar con SUMA o Destino, editoriales de estos sellos, Salamandra Black, etc. para mí ya sería (se viene la respuesta fácil) un sueño hecho realidad.   


¿Con qué autor o autores te gustaría que te comparasen?

El solo hecho de compararme ya sería un halago, pero lo cierto es que por redes algunos ya me han llamado «El Dan Brown jumillano». No sé si es porque El silencio del fraile tiene cierta similitud o porque saben que tengo todos los libros de Dan Brown...


Yo soy yo, B.S.Pérez, y, de hecho, al utilizar un seudónimo, demuestro que lo que quiero es que las historias sean las protagonistas, no quien las escribe. Quiero que, tal y como está pasando, los lectores vayan a la librería o entren en Amazon buscando El silencio del fraile, esa novela negra que transcurre en Jumilla y te engancha desde la primera hasta la última página.


Pero sí hay uno que me haría especial ilusión, quien me atrapó con su libro Memento Mori en un viaje en tren y por quien empecé a escribir: César Pérez Gellida, el vallisoletano escritor de novela negra. 

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