La Fundación de Castilla y León, antes llamada Villalar, adscrita a las Cortes, a menos de un mes del 23 de abril no ha previsto en Villalar ningún acto en memoria de los comuneros. ¿No es esto un ejemplo de autoodio de los gobernantes de la Junta hacia la propia Historia de la antigua Corona de Castilla y de León, donde las ciudades comuneras alumbraron el primer texto de significación constitucional del mundo, la Ley Perpetua de 1520?

¿Acaso desconocen estos políticos por qué el gobierno regional de las nueves provincias de la submeseta norte se llama Junta, lo mismo que se llama Junta de Comunidades el gobierno regional de las cinco provincias de la submeseta sur?

La conmemoración del 23 de abril, como Día de toda Castilla, no sólo de una parte de ella, debería ser el punto de arranque y motivo para una colaboración permanente, sostenida y fructífera de las comunidades autónomas castellanas, a través del vigente pero inoperante Consejo de las Comunidades Castellanas, en el que también deberían participar Cantabria y La Rioja.

Por lealtad a nuestros antepasados de los que tomamos nuestra forma de ser, y por una mínima ambición de lucha por un futuro mejor para toda Castilla, el 23 de abril siempre será el Día de Castilla.