| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
En el cielo, se oye a las nubes que se están doliendo: ¡Bruuum! De sus arrasados ojos, lágrimas brotan de dolor. Las procesiones de semana Santa por las calles se están mojando, ¡clop, clop, clop! Al paso lo llevan, lo suben, lo pasean... En las bocas de los cofrades un amargo sabor.
Toma la palabra un tambor. A las doce es la “rompida”, ¡Prom, popopo, pum! Todos en el corazón llevan una herida. Mas, en los cristales, un temblor. ¡Prom, popopo, pum! A lo lejos, suena una trompeta, ¡Taaa, ta, tatataaa! Los costaleros, mecen el paso, y en un balcón, cantan una saeta, ¡Ayyy! ¡Prooom, poppo, pum! La gente, en las calles, al raso, ¡Taaa, ta, tatataaa! ¡Silencio! ¡Por favor! Que está muriendo un hombre, ¡Prooom, poppo, pum! ¿¡No veis, cómo sufre, ahí colgado!? ¿¡No veis, que está cubierto de sangre!? ¡Prom, popopo, pum! Por nuestros pecados, crucificado. ¡Taaa, ta, tatataaa!
Ya ha muerto el Salvador, ¡mirad! Cómo llora la Dolorosa. Está rota de amor. Su cara; ¡Ay!, su cara. Su cara es, como una rosa. ¡Taaa, ta, tatata,taaa!
A quienes estamos convencidos de la iniquidad intrínseca de Sánchez, no nos va a confundir la supuesta “carta de amor” de este cateto personaje a su Begoña amada, redactada de su “puño y letra” (con sus tradicionales errores y faltas gramaticales) y exceso de egolatría.
Recuerdo con nostalgia la época en la que uno terminaba sus estudios universitarios y metía de lleno la cabeza en el mundo laboral. Ya no había marchas atrás. Se terminaron para siempre esos años de universitario, nunca más ya repetibles. Las conversaciones sobre cultura, sobre política, sobre música. Los exámenes, los espacios de relajamiento en la pradera de césped recién cortado que rodeaba la Facultad, los vinos en Argüelles, las copas en Malasaña...
Tras su inicial construcción provisional, el Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, reforzado en su interior por cables de acero para así acrecentar su firmeza. Se organizó, asimismo, la denominada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día.
|