Paco Milla
A pie de calle
Francisco Milla nació en un pueblo de La Mancha, "de roja tierra, bella plaza y escenario de comediantes". A los diecisiete, la vida le regaló dos cosas: un buen trabajo y un sueño por cumplir. Eligió el sueño. Se prometió asentarse allá donde le enviaran a hacer el servicio militar. Ya son 25 los inviernos pasados en tierras regadas por el mar cantábrico, cumpliendo –como dice Coelho- su "leyenda personal". No sabe si me equivocó al dedicarse al deporte -"excluyo por tanto el fútbol", afirma- pero colaborar a hacer fuerte al débil le pareció una buena ocupación. Cada día se hace una pregunta: "¿Será mejor ir y volver o nunca haber ido?" Ahora se dedica a juntar letras en tiempos muertos, y elije siempre los caminos más “fáciles”. Firma con pseudónimo o con segundo apellido porque "¿qué culpa tienen mis descendientes de mis vómitos sobre blanco papel?" Rudo y poseedor de una basta cultura (con “b” de escasa), le preocupa más que el lector entienda lo que dice, que si lo dice de bella forma. “Cuando quieras algo, levántate, ve y lucha por ello”, es una frase que le suena bien.
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