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Tras varias semanas de lluvias y bajadas de temperaturas, podemos decir que, oficialmente, el otoño ya está aquí. Y esto, solo puede significar una cosa: el cambio de armario, una tarea tediosa para algunos, aunque purificadora para otros, es inevitable. Las prendas ligeras y los colores veraniegos ceden el paso a tejidos más cálidos y accesorios que nos preparan para los días más frescos.
Disponer de un armario que satisfaga todas las necesidades del usuario puede ser un completo desafío. Se trata de una decisión que no debe ser tomada a la ligera porque debe disponer de la capacidad de almacenaje, el tipo de puerta y los materiales de fabricación adecuados para la vivienda.
Aquella prenda que queremos pero que no encontramos el momento idóneo para lucirla, al final, nos acabamos cansando y la donamos o la tiramos, en el peor de los casos. Lo mismo pasa con los sentimientos. Siempre estamos intentando encontrar la ocasión especial y el momento perfecto para demostrarlos a las personas que nos importan, pero no lo hallamos.
El armario sin fondo de tu esencia...
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