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El Bono de Alquiler Joven ha sido una de las medidas estrella aplicadas por el Gobierno para fomentar la emancipación juvenil e intentar aliviar el principal problema de toda una generación: la vivienda. Sobre el papel parecía eficaz crear una prestación para que las personas jóvenes menores de 35 años pudieran emanciparse. Sin embargo, como el Consejo de la Juventud de España advirtió desde un primer momento, la medida tenía puntos débiles.
Este innovador programa, impulsado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, ofrece una vía prometedora para que los jóvenes de entre 18 y 35 años puedan recibir un apoyo financiero mensual de hasta 250 euros para hacer frente a los costes del alquiler de viviendas. Su objetivo fundamental es aliviar la pesada carga económica que implica para los jóvenes encontrar un lugar donde vivir.
Según un informe, solo un 33% de las viviendas en alquiler en las capitales de provincia españolas en el mes de junio cumplen con el límite de renta de alquiler de 600 euros. Los jóvenes de Barcelona, Palma de Mallorca, Bilbao, Valencia y Madrid cuentan con menos de un 1% de viviendas en alquiler con opción al bono joven. Un 71% de la oferta de alquiler de las capitales de provincia cumple con el límite de renta de 900 euros, fijado para zonas tensionadas.
El bono joven de ayuda al alquiler llegará de forma residual a la mayoría de los jóvenes, sobre todo a los que viven en las ciudades más tensionadas de España. Solo el 38,8% de la oferta de viviendas en alquiler de las 50 capitales de provincia cumplen con el límite de renta de 600 euros. Los jóvenes que vivan en Madrid, Barcelona, Valencia, Pamplona, Bilbao, Donostia y Vitoria casi no podrán optar a la ayuda por falta de oferta.
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