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Con fecha 31 de mayo de 2016 escribí El 11-M Y LA HISTORIA DE ESPAÑA. En dicho artículo manifesté mi total disconformidad con lo que el libro "BREVE HISTORIA DE ESPAÑA", escrito por Fernando García de Cortázar y José Manuel González Vesga, dice con relación al 11-M.
Es una gran realidad que no hay futuro sin sociedad, no hay sociedad sin familias y no hay familias sin hijos, como quedó patente el domingo, 23 de marzo, en el que miles de personas llenaron de colorido las calles de Madrid para celebrar la vida en positivo, alejados de la cultura de la muerte y poniendo el acento en la protección especial de la vida de los más débiles.
En un tiempo marcado por la fragmentación social, la indiferencia hacia los más pobres, la destrucción del planeta y una inversión desproporcionada en la guerra en vez de en la paz, la voz del Papa Francisco resuena como un eco incómodo del Evangelio. No un evangelio domesticado, sino aquel que incomoda, que llama a salir de uno mismo, como escribió en "Evangelii Gaudium", para “tocar la carne sufriente de Cristo en el pueblo”.
La politización del reparto de menores migrantes, lo hemos vivido en estos últimos meses y días, tiene un efecto nefasto en la opinión pública. Unos y otros contribuyen a crear la imagen de que España está desbordada por una ola de migración y que los recursos públicos no tienen capacidad para atender a los niños.
Por mucho que consigamos regular nuestra vida, encauzarla dentro de unos horarios, y defendernos así del desorden que nos acosa por doquier, pasamos los años, los meses y los días, sin acabar de familiarizarnos con ese transcurrir del tiempo, la medida de los acontecimientos entre un "antes" y un "después".
Según una estimación de hace unos días, el Instituto de Estadística de esta Comunidad, Cataluña se vacía de niños. El número de personas octogenarias por el contrario aumentará en un 30% en solo diez años, si Dios quiere yo estaré entre ellos. Se trata de una espectacular aceleración en línea con las proyecciones del INE para 2039.
La situación actual, tanto en la Iglesia Católica como en la sociedad, es de suma gravedad. En la Iglesia Católica se eligió a los pobres como primera opción y el sentido sagrado, divino, pasó a segundo lugar. La Divina Eucaristía, que es la VIDA de la Iglesia, está totalmente desacralizada en muchos lugares.
En plena época de guerra rusa, los telescopios de Atacama y Hawaii detectaron un meteorito. Un gran meteorito de oro rodeado de una espesa capa de tierras raras. Directo hacia el planeta Tierra. En un principio se pensó que caería en el océano. Y sólo provocaría una pequeña ola en las islas Tuvalu. Pero pronto todos los paises se interesaron por atraer al meteorito de oro y tierras raras.
Heidegger pagó las cuotas al Partido Nacionalsocialista hasta el último día de la guerra. También es cierto que fue vigilado por La Gestapo y que no tuvo ningún puesto de importancia después del cargo de Friburgo. Y que del 35 en adelante se consagró a dar sus extraordinarios cursos sobre Nietzsche. Cuando termina la guerra, los comités de los Aliados que juzgaban a los que se habían adherido a los nazis, interrogan a Heidegger con gran respeto...
A través de una técnica creativa de interpretación del derecho, la actual mayoría del Constitucional parece mutar el significado de un tribunal de garantías, que la función que le señala la Constitución. Subordinar la interpretación del derecho a los fines políticos pone en riesgo la democracia.
El pasado 19 de marzo, hace un mes, Feijóo, en el Congreso de los Diputados, centraba su intervención en las maniobras del Gobierno para controlar una empresa pública como Telefónica y en las eventuales presiones para intervenir en el ecosistema mediático.
Hoy, precisamente que el papa nos acaba de dejar, me parecen oportunas algunas de las principales intervenciones del, hasta hoy, papa Francisco sobre la cuestión armamentística, que creo conveniente las tengamos en cuenta.
Dice un refrán que la mancha de la mora con otra mora se limpia. Ese dicho popular parece ser una de las consignas de Sánchez, en cuya gestión apenas pasan horas sin que tras una mora, llegue otra que oculta la anterior y otra y otra, sin dar tiempo a la ciudadanía a asimilar significados ni a calibrar consecuencias y, todo ello, con la pretensión de borrar manchas con otras manchas, y de hacer olvidar desmanes con otros desmanes.
“Abrazando la vida, construimos esperanza”. Este era el lema con el que la Iglesia en España celebró, hace justamente un mes, la Jornada por la Vida, coincidiendo con la solemnidad de la Encarnación. En un contexto de invierno demográfico, los obispos pedían “políticas públicas que no solo protejan a las familias, sino que favorezcan un entorno económico y social propicio para que los jóvenes puedan formar familias” estables.
Habría que empezar por lo elemental. La Iglesia Católica es una Institución Divina, no humana. ¿Y para qué fue instituida? Para liberar al hombre de la esclavitud del pecado en la que estaba sumergido por la rebelión de sus primeros padres, Adán y Eva, y que humanamente no podía restablecer su unión con Dios.
Con tristeza, pero a la vez esperanza, afrontamos la subida al cielo de nuestro querido Papa Francisco, una persona que pasó por este mundo haciendo el bien y que fue y ha sido ejemplo de humildad, pobreza y de compartir con los otros lo que tenía. Sus signos en estos tiempos relevantes para la Iglesia y la humanidad del siglo XXI han sido, a mi juicio, los siguientes.
Desde la Estación Espacial Internacional se puede ver a un cocinero siciliano haciendo pasta al pesto en Palermo. También se puede ver el golfo de México y Nueva York muy iluminada. Y Toledo de día. De noche en el espacio se ve la península ibérica con mucho brillo en sus costas y una estrella en el medio. Y el Oceanográfico de Valencia.
Si la Moncloa hablase y el Juez Peinado le hubiese hablado a las butacas y sillones, estoy seguro de que le hubiesen dicho muchas cosas —las que le ha dicho el «Peinado de turno»—. Este presidente está atado de pies y manos. El sillón de la Moncloa le debe gustar más que, a un tonto, un lápiz.
No son meros ritos y costumbres los eventos especiales en la Semana Santa cristiana; precisamente son algo especial y una invitación a la metanoia y al cambio. Por la humillación en la cruz, ocurre esa kenosis y, a la vez, esa metanoia del cuerpo crístico inmortal y universal que habla e interpela al ser humano.
En vista de la cobardía y traición de la Iglesia Católica en España, pues han dejado el campo abierto, en contra de la voluntad del pueblo español, para que el Gobierno destruya el Valle de los Caídos, habrá que enviar a LA LEGIÓN para que evite esta profanación y tropelía que humilla al pueblo español.
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