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La economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, la práctica del fracking suscita recelos medioambientales y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandone sus equipos e infraestructura actuales.
El precio del brent ha mantenido su cotización en un rango compuesto entre los 71 y los 78 dólares por barril, un hecho “sorprendente” en un contexto en el que las preocupaciones de carácter económico se han impuesto a los fundamentos “puramente físicos”.
El precio podría variar de los 250 euros el megavatio hora si el viejo continente pasa con un invierno suave, a los casi 420 euros el megavatio hora con una estación más fría que el promedio de los últimos años. Alerta también de que Europa se enfrentará también a partir de diciembre a un valor incierto en el precio del barril brent dado a que se prohibirán la mayoría de las importaciones de crudo de los Urales.
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