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Para Feijóo la noche del 23-J fue una noche triste, él y los suyos se habían prometido una victoria feliz frente al PSOE, estaban seguros que, después de los resultados de las municipales del 28-M, en las elecciones generales iban a arrasar, pero sus amistades peligrosas con el fascismo les iban a pasar factura.
El Tardofranquismo sería un anacronismo político que bebería de las fuentes del centralismo jacobino francés y del paternalismo de las dictaduras blandas y que incluirá en su cartografía la llamada “Doctrina Aznar” que tendría como ejes principales “la culminación de la“derrota institucional de ETA para impedir que el terrorismo encuentre en sus socios políticos el oxígeno que le permita sobrevivir a su derrota operativa” y el mantenimiento de la “unidad indisoluble de España “, lo que se tradujo en la prohibición por el Gobierno de Rajoy de la celebración del “referéndum del 1-O” en Catalunya y el posterior exilio y entrada en prisión de Puigdemont y sus Consellers.
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