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Considero que todos los que denigran a las personas mayores, por el simple hecho de haber cumplido muchos años, desearán que la muerte les alcance a temprana edad para así no tener que verse en la situación de que las generaciones que vengan después no los desprecien, ni los consideren como objetos inservibles y dignos de ser eliminados de la Sociedad.
Tuve la suerte de conocer a Julio Anguita hace ya bastantes años. Ya no estaba en eso que llaman “primera línea política”, pero, pleno de facultades, lideraba una corriente crítica desde cierta izquierda ilustrada y genuina que actuaba como “Pepito Grillo” de esa otra izquierda, oportunista, “new age”, que no se distingue en nada, ni por su modo de hacer ni por sus aspiraciones materiales de esos “liberales burgueses” a los que denuestan desde el pedestal de barro mal cocido donde cacarean la supuesta superioridad moral que se arrogan por ser ellos… tan “guay”
Cuando me dispongo a escribir este pequeño artículo no sé si el presidente del gobierno habrá conseguido del parlamento una nueva y más amplia prórroga para “su estado de alarma” Seguramente lo conseguirá ya que este personaje no da puntada sin hilo. Los votos pueden ser solicitados, chantajeados o comprados por favores futuros.
Fue alcalde, fue diputado; se jubiló y solo quiso ser jubilado renunciando a las prebendas de exparlamentario. Como Gerardo Iglesias, exsecretario general del PCE, que volvió a la mina, su oficio, y se retiró por enfermedad.
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