Si algo ha puesto en evidencia el confinamiento es el uso del tiempo libre. Muchas personas se vieron en la necesidad de ocupar sus días con múltiples actividades que iban desde gimnasia rítmica hasta juegos de mesa en el salón de su casa. Algunos se enfrentaron a una ausencia de hobbies que, tras tanto tiempo abandonados, no eran capaz de recuperarlos fácilmente. Otros disfrutaron del autocuidado, descubrieron los placeres de no hacer nada, vivieron otra vida lejos del trabajo, las prisas y la presión.