Sage ha llevado a cabo un nuevo estudio que analiza la relación entre el tamaño de las empresas y su estado de asentamiento en el mercado con el porcentaje de sus ingresos anuales que se destinan a pagar impuestos.
Este estudio señala la ineficacia de los sistemas impositivos actuales a nivel global, que acaban por penalizar a las empresas más vulnerables y de menor tamaño.
Concretamente, en el caso de las pequeñas empresas españolas, su factura anual de impuestos asciende a más del 40% de sus beneficios. Esta cantidad no sólo afecta a los propios ingresos, sino que también tiene costes derivados de ese pago. Las diferencias en este sentido en función del tamaño de las empresas son notables, y es que, por el contrario, la factura de impuestos anuales supone poco más de un 30% en el caso de las medianas empresas españolas. Una tónica general en todos los países analizados por Sage.
El pago de altas tasas impositivas también genera costes adicionales para las empresas. Por ejemplo, la contabilidad relacionada con la imposición es una tarea administrativa que contribuye a desviar los recursos de las pymes de actividades comerciales y estratégicas más productivas. En el caso de España, las microempresas pierden más del 2,5% de los días de trabajo al año en labores destinadas específicamente a la gestión administrativa del pago de impuestos. En el caso de las pequeñas empresas, esta cifra se sitúa por encima del 0,5% y, en las medianas empresas, en el 0,1%.
Pagar una elevada factura de impuestos puede contribuir a reducir el flujo de caja de las micro y pequeñas empresas, e incluso a que éste se vuelva negativo, lo que, a su vez, reduce su capacidad para pagar tanto al personal como a sus proveedores. Además, contar con elevadas tasas impositivas para las pequeñas empresas y start-ups podría contribuir a disuadir a empresarios potenciales a establecer nuevas empresas, ya que los rendimientos esperados pueden considerarse insuficientes frente a los riesgos.
Teniendo en cuenta este contexto, el resultado es que, a largo plazo, podría reducir la tasa de emprendimiento, disminuyendo la cantidad de pymes en el ecosistema empresarial y reduciendo, tanto el tamaño del mercado, como su productividad.
“Según nuestro estudio, las pymes de nuestro país sufren una clara desventaja con el sistema impositivo actual español. Además de pagar proporcionalmente más impuestos, gastan más tiempo de su personal en contabilidad relacionada con los impuestos, lo que supone un claro lastre para estas empresas”, afirma Luis Pardo, CEO y Consejero Delegado de Sage Iberia. “Los cambios en el sistema tributario y la introducción de métodos más eficientes de contabilidad tributaria podrían ayudar a reducir considerablemente la carga impositiva y contribuirían al crecimiento de las pymes españolas”, concluye.
Hay que recordar que las pymes son el grueso del tejido económico de España (99,8%), las responsables de una importante parte del PIB (dos tercios) y de la mayoría del empleo que se genera (66%); por lo que el éxito de estas compañías supone el crecimiento de todo el tejido empresarial español. Algo que se contrapone con el hecho de que son las empresas que más dificultades tienen ante sí, contando con recursos ilimitados, recibiendo tarde un porcentaje excesivo de los pagos de proveedores y sufriendo una carga impositiva descompensada con su volumen de negocio.
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