
Los vehículos de temperatura controlada son un mundo aparte en el transporte
profesional. Su cuidado y mantenimiento son muy importantes para asegurar la carga en
perfecto estado y, para ello, hay una serie de medidas que hay que tener en cuenta
antes, durante y después del trayecto. Northgate Renting Flexible lista los 4 aspectos imprescindibles que debemos
chequear al emprender esta tarea.
1. Conocer la trazabilidad del frio y temperatura
En primer lugar es importante saber que con temperatura controlada nos referimos a
“asegurar el rango de temperatura”, por tanto, hay que mantener la temperatura adecuada
para la carga y no “enfriarla”. Para que el contenido se mantenga en perfectas condiciones
y que no afecte al estado del vehículo y que el habitáculo de carga y las puertas del mismo
no se dañen, hay que controlar y asegurar el proceso de transporte. Además, tenemos
que escoger el vehículo de temperatura controlada que mejor se adapte a las cargas
que suelen almacenar en ellos, para no tener problemas con la capacidad de refrigeración.
2. Cuidado en las operaciones de carga y descarga
Cargar y descargar pueden causar daños en el vehículo si no se realizan adecuadamente.
En cuanto al sistema de refrigeración, el transportista debe de llevar a cabo estas
operaciones con agilidad, para evitar al máximo la oscilación de temperatura. También
para evitar que en el habitáculo entren olores, polvo y contaminaciones orgánicas o
minerales que puedan dañar la carga y el vehículo.
En este caso, el preenfriamiento antes de iniciar la carga es clave, para que no se
produzcan condensaciones en las paredes, suelo y techo del vehículo que no permita
realizar la labor de una manera óptima.
3. Limpieza del habitáculo de carga
Uno de los aspectos necesarios y que no se debe pasar por alto es la higiene del
receptáculo del vehículo, tanto por los productos que se contienen en ella como por el
buen mantenimiento del mismo. Por esa razón, hay que realizar limpiezas periódicas que
permitan una desinfección adecuada y evitar el riesgo de contaminación. Así mismo, la
empresa transportista tiene que elegir un vehículo diseñado y construido para facilitar al
trabajador esta tarea.
4. Revisiones específicas
Como es, al fin y al cabo, un vehículo, tiene que contar con las revisiones comunes que
comparte con las otras categorías como el chequeo de la presión de neumáticos, de
aceite, filtros, líquido refrigerante, pastillas o líquidos de frenos. Para la especialidad de
los de temperatura controlada, debemos revisar las luces tanto de la cabina como del
habitáculo de carga, así como asegurar que el equipo de frío esté en perfectas
condiciones, ya que es fundamental que éste aporte el máximo rendimiento y prestaciones
y que la mercancía vaya siempre con la temperatura requerida.
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