¿Por qué he estudiado esto? Esta es una de las preguntas más comunes que se hacen los jóvenes al terminar la universidad. Y es que el 72% asegura que el tiempo invertido en estudiar una carrera es excesivo y que la teoría básica podría condensarse mejor, según una encuesta realizada por Ironhack. Años dedicados a una formación que no se corresponde con las demandas del mercado laboral. Situación que ha favorecido el aumento de currículos en Bque reciben las empresas hasta situarse en el 14%, según un estudio realizado por la compañía de recursos humanos Nexian.
Pero ¿qué son en realidad este tipo de currículos? Se trata de aquellas candidaturas en las que el interesado al puesto minimiza o elimina parte de su formación con el objetivo de participar en más procesos de selección y resultar elegido. Una “mentira” que no solo tiene efectos perjudiciales para el futuro empleado sino también para las compañías.
Una de las causas de esta situación que viven cada día más jóvenes es la brecha existente entre lo que ofrece la universidad y lo que demandan las compañías. La eterna lucha. Un nicho que han sabido aprovechar las escuelas de negocios, como IMF Business School, ofreciendo programas basados en la demanda real de las empresas, a través de las escucha activa de las nuevas tendencias: Ciberseguridad, Big Data, Marketing... De hecho, muchos de sus programas han sido elaborados de la mano de reputadas empresas del sector y con metodologías basadas en las necesidades de los propios estudiantes.
En este sentido, la escuela ha señalado tres retos que el mundo académico debe superar para adaptarse cuanto antes a la demanda actual:
Actualización metodológica: los estudiantes demandan cada vez más planes adaptados a sus necesidades y basados en el lenguaje del siglo XXI: lo digital.
Mayor énfasis en las competencias: al igual que los puestos de trabajo y sus funciones, han cambiado también los conocimientos necesarios para desempeñar el puesto. No basta con adquirir conocimientos teóricos, también es necesario contar con una serie de competencias transversales generales a cualquier empleo y que impulsen el desarrollo profesional del alumno.
Escucha activa de la demanda laboral: no solo para ofrecer cursos y programas orientados en línea con las necesidades del mercado laboral, sino apostando por la puesta en marcha de convenios, bolsas de trabajo y otros servicios desde las universidades, así como el fomento del emprendimiento. Todo ello con el objetivo de favorecer la inserción laboral de los más jóvenes.
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