Mario: "Jamás debí coger ese coche. Ha sido el error de mi vida. Si ese día, a las 23:00 de la noche no hubiera ido a la discoteca, ahora mi querida Rosario estaría viva".
Esta es una pequeña parte de la historia de Mario. Actualmente, tiene 30 años y aún recuerda el día en que tuvo un accidente de coche que provocó la muerte de su pareja. El accidente no fue fruto de una circunstancia imprudente, sino simplemente debido a un error humano.
Después de un hecho que nos ha cambiado la vida, o bien, que ha sido muy impactante, muchas veces nos hacemos varias preguntas: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué he actuado de ese modo? ¿Qué podría haber evitado? ¿Y si lo hubiera hecho de otra manera? Ciertamente, queremos mirar atrás, es decir, queremos regresar al pasado con un objetivo muy claro: analizar de forma racional el qué, el cómo, y el por qué de la acción sucedida.
Una forma de comportamiento muy típica, es la que corresponde a querer cambiar el pasado. No obstante, ante su imposibilidad, el lamento es una sensación frecuente. Así, todo puede finalizar en ese lamento, aunque en muchas ocasiones, la idea dominante es: nunca más volveré a hacer esa misma acción.
Considero que hay que oponerse, en parte, a esa premisa por tres motivos. En primer lugar, porque el futuro no se construye directamente mediante el pasado, es decir, el hecho de que Mario volviera a conducir, con su nueva pareja u otra persona, hacia una discoteca, no significa que volvería a ocurrir la misma desgracia. En todo caso, la repetición de la circunstancia no vendría determinada por la causalidad sino por la casualidad.
En segundo lugar, hay una premisa que proclama: hay que buscar las causas o raíces del problema para solucionarlo, o bien, en el caso que no se pueda resolver, aprender de él. En general, estoy de acuerdo con esta frase, no obstante, en referencia a esta situación no, ya que la causa (conducir de noche en dirección a una discoteca) no impulsa a que se produzca cada vez la misma consecuencia. Y es que, en este caso, la relación causa-efecto no produce una alta fiabilidad. Un ejemplo de fiabilidad del 100% es la que vincula dos elementos a la ley de la gravedad.
Y finalmente, el hecho de ir en coche hacia una discoteca no está asociado con aspectos negativos, ya que a Mario solamente le ha ocurrido una vez esa tragedia. Por lo tanto, volver a hacer esa acción puede provocar el surgimiento de oportunidades inesperadas, las cuales él no podrá disfrutar si no destruye o deja de creer en esa idea tan contundente.
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