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(100-88) Spanoulis hace historia para Olympiakos | |||
| El Madrid lleva 19 años sin ganar la Euroliga | |||
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Con este triunfo, Olympiakos se corona en el Olimpo del baloncesto europeo al convertirse en el cuarto equipo en conseguir dos veces el título de la Euroliga de forma consecutiva. El otro lado de la moneda deja al Real Madrid con una sorprendente racha de 19 años seguidos sin alzar el mayor título europeo. Rudy Fernández fue el mayor anotador de los suyos con 21 puntos que quedarán para un recuerdo amargo. Pero el inicio del partido dejó presagiar algo muy distinto, algo tintado de victoria blanca con un Madrid rompedor, que anotó 5/7 en triples, de los cuales cuatro llegaron de la pareja formada por Llull y Rudy. El acierto desde el exterior blanco contrastó con la torpeza griega desde el 6,75, cuyo parcial fue de 0/5 al inicio. Los hombres de Pablo Laso abrieron la primera grieta dejando el marcador en 10-27 al término del primer cuarto y silenciaron, por un instante, a los ultras griegos. Aunque los focos se encendieron sobre las saetas exteriores del Real Madrid, la pizarra de Pablo Laso funcionó a las mil maravillas en defensa en la primera manga con un Mirza Begic que desquició al ataque griego con dos tapones de inicio. Fue cuestión de tiempo y de cambios tácticos volver a ver al Olympiakos de las semifinales. Con la entrada de la dupla formada por Pero Antic y Kyle Hines, los hombres de Georgios Bartzokas le devolvieron el golpe al Madrid con un parcial de 12-2 al inicio de la segunda manga y dejaron el resultado en 37-41 al descanso. El gran triunfo del Madrid en la primera parte fue dejar al líder de Olympiakos, Vassilis Spanoulis, sin anotar una sola canasta y promediando un increíble -10 en puntos de valoración. Pero el que fuese dos veces MVP de dos Finals Fours no podía faltar a la cita y de sus manos Olympiakos se puso por delante por primera vez en el partido, alcanzando una máxima de seis puntos (52-46) mediados el tercer cuarto. El intercambio de golpes fue digno de dos boxeadores de pesos pesados, digno de una Final Four y en estos escenarios tan solo sobreviven los mejores y los buenos tiemblan. Un error grotesco de Slaughter al dejarse caer frente al mínimo contacto de Kostas Papanikolaou penalizó a su equipo con una falta técnica. Los dos tiros libres anotados por el mejor joven de la competición y la consiguiente posesión llevó el partido a 82-70 para Olympiakos, un golpetazo del cual fue ya imposible levantarse. Con la brecha de los 10 puntos en el marcador, los hombres de Bartzokas se llevaron el partido a su terreno y no dieron oportunidad alguna de remontada a su adversario. |
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