La desinformación pone en riesgo la vida de las personas que sufren los primeros síntomas de ictus y de quienes se recuperan de uno, según coinciden en destacar los representantes de las sociedades científicas, asociaciones de pacientes y medios de comunicación que se reúnen en el simposio #IctusSinBulos, organizado por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y el Instituto #SaludsinBulos.
Hacer caso a los bulos que circulan por WhatsApp y redes sociales sobre nuevos síntomas del ictus o supuestos remedios caseros para afrontarlos “ponen en peligro a los pacientes porque distraen su atención sobre lo que sí es importante”, según la doctora María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), una de las sociedades científicas que participa en la jornada. A su juicio, “es necesario que profesionales sanitarios, pacientes y periodistas se unan para mejorar la información en el ictus, tanto para la prevención primaria como secundaria (una vez sufrido el ictus)”.
En este sentido, un reciente estudio con pacientes de ictus publicado en la revista PLOSOne advierte que “la falta (o el momento inapropiado) de información de los proveedores de atención médica condujo a un conocimiento limitado de los medicamentos y al bajo control percibido de la recurrencia del accidente cerebrovascular, lo que generó ansiedad, miedo y poca participación en el afrontamiento. En cambio, “el apoyo percibido de familiares y proveedores de atención médica fue beneficioso para la participación en la recuperación y el cambio de comportamiento de salud”. También señala que “las redes sociales más amplias y los proveedores de atención médica influyeron en la forma en que las personas con ictus se involucran en el proceso de recuperación y adoptan comportamientos saludables”.
Ya en 2011, investigadores de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario La Paz y la Universidad Autónoma de Madrid publicaron una investigación en la revista Neurología que señalaba que “la comunicación médico-paciente es ineficaz, ni profesionales ni pacientes detectan esta realidad. Esta falta de conocimiento de su enfermedad y sus factores de riesgo vasculares podría influir negativamente en una buena prevención secundaria”. Así, mientras que la mayoría de los entrevistados decían haber sido muy bien informados (65%) por el personal médico, el 57%, que no sabía las causas de su enfermedad, un 81% no identificaba sus factores de riesgo y el 75% aseguraba leerse los informes y no entenderlos.
Por otra parte, el 60% del personal sanitario de enfermería entrevistado opinaba que los pacientes no eran bien informados, y creía que lo que más dificultaba la comunicación con ellos era la situación en que se informaba o el estado del paciente.
Como demuestra una encuesta reciente realizada por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, 2 de cada 3 pacientes que sufren un ictus reconocen tener escaso o nulo conocimiento sobre la enfermedad antes del ictus y aunque este porcentaje disminuye después del ictus 22% de los pacientes siguen teniendo un mal conocimiento. “Esto indica en primer lugar que la mayor parte de la población desconoce cuáles son los síntomas de alarma y los factores de riesgo, con lo que difícilmente podrán prevenir la enfermedad o reconocerla para solicitar atención urgente. Pero además que la información que se da durante el ingreso tras un ictus no llega adecuadamente a un número importante de sujetos”, explica la doctora Alonso de Leciñana. A su juicio, “es necesario mejorar la comunicación y las fuentes de información a los pacientes, a sus familiares y a la población general. Los profesionales tenemos un deber en este sentido, pero es importante que los medios de comunicación y las distintas fuentes transmitan información veraz y contrastada”.
Aplicaciones sin evidencia
El uso de aplicaciones puede ser de ayuda para educar a la población y los pacientes en factores de riesgo, según un análisis del Departamento de Fisioterapia de la Universidad Rey Juan Carlos publicado en la revista Neurología. Sin embargo, muchas de ellas carecen de evidencia y no están adaptadas a los pacientes. “Se identificaron evidencias con escasa calidad metodológica respecto a los beneficios de tratamiento de aplicaciones en casos de afasia, así como en la prevención y el control de factores de riesgo asociados al ictus”, concluye el estudio.
Para mejorar la comunicación al paciente y familiar en ictus, desde #SaludsinBulos y la asociación Freno al Ictus se ha elaborado un decálogo de consejos basados en la humanización, la escucha activa, la información veraz y la comprensión.
El simposio #IctusSinBulos forma parte de Ia Semana de la Información Veraz en Salud, una iniciativa del Instituto #SaludsinBulos en colaboración con sociedades científicas, asociaciones de pacientes y de comunicadores para celebrar la Semana de la Ciencia y la Innovación. Dentro de esta semana se organiza también el 19 de noviembre el Hospital Universitario de La Princesa el simposio #PacientesinBulos, destinado a mejorar la comunicación clínica con el paciente.
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