| Ficha técnica | 93 - Real Madrid: Llull (xx), Rudy Fernández (16), Darden (4), Mirotic (19) y Bourousis (4) -quinteto titular- Sergio Rodríguez (13), Carroll (9), Slaughter (0), Mejri (2), Draper (0), Dani Díez (0) y Reyes (14).
74 - Emporio Armani Milán: Jerrells (12), Langford (15), Moss (11), Samuels (15) y Melli (2)-quinteto inicial- Haynes (5), Gentile (6), Cerella (0), Toure (xx), Chioti (6) y Wallace (2).
Parciales: 25-20, 27-11, 21-18, 18-25.
Árbitros: Radovic, Lottermoser y Nuran.
Incidencias: Tercera jornada correspondiente a la fase regular de Euroliga, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 10.718 espectadores. |
|
No hay adversario, en el Palacio de los Deportes, que sea capaz de alcanzar el ecuador de un partido con una esperanza de vida en imponerse al Real Madrid. Ni en Liga Endesa ni en Euroliga. El cuadro de Laso volvió a demostrar su imponente y admirable estado de forma ante un histórico de esto del baloncesto, como el Emporio Armani de Milán (3 Euroligas). Los italianos sólo aguantaron un cuarto (25-20) y acabaron desinflándose en el segundo acto, donde el Real Madrid marcó un parcial de consideración: 27-11. Al descanso, el subcampeón de Europa ya tenía en su bolsillo su tercer triunfo en otros tantos encuentros en Euroliga.
Los diez primeros minutos sirvieron para anotarse dos certezas indiscutibles: que los aficionados del Real Madrid disfruten cuanto puedan de Mirotic, pues es un placer verle moverse sobre una pista; y que el Milán acabaría cediendo en el marcador en cuanto el Real Madrid apretase las tuercas en defensa y ataque. El montenegrino firmó un primer cuarto de sobresaliente, de jugador con presente ya en NBA: hizo 15 puntos sin error alguno en sus tiros. Pero es más. Su alegría sobre la pista es contagiosa. Y hace de todo: defiende con ahínco, tira de fuera o de dentro, corre el contragolpe, asiste a sus compañeros y se muestra superior ante cualquier defensor. Lo bordó. Pese a ello, el Real Madrid sólo terminó el cuarto con 5 de ventaja (25-29), tras alcanzar los 8 (21-13), que sirvieron de prólogo al segundo acto.
En ese tiempo fue cuando el Real Madrid cerró el partido, después de ajustarse al encuentro, tanto en ataque como en defensa, donde no estuvo tan acertado en el inicio. Fue el momento de apretar el acelerador y dejar a los italianos sin esperanzas de dar sorpresa alguna en su visita a Madrid. Se pasó de un 27-20 de comienzo de cuarto a un 49-29. Con 20 de ventaja, todo estaba más que resuelto. Pero no sólo en el apartado numérico, sino también en el anímico. El Real Madrid empezaba a dibujar ese baloncesto maravilloso y ofensivo que tango gusta, y que debe elogiarse, al tiempo que Sergio Rodríguez se convertía en el amo del encuentro (anotando hasta sumas 13 puntos en el cuarto y dirigiendo), Carroll anotaba como siempre y Reyes (14 puntos y 7 rebotes) gobernaba sin oposición en ambas zonas. Real Madrid es estado puro.
Y así es complicado no ya ganarle al conjunto de Laso sino ponerle obstáculos en el camino. Cuando el Real Madrid está en ebullición es imparable. Y no únicamente cuando traspasa esa frontera hacia el triunfo, sino cuando ya lo tiene en su casillero. El equipo demuestra una enorme voracidad hasta el sonido final de la bocina. Corren, anotan, defienden, luchan… sin descanso, como si les fuera la vida en ello. Y eso no sólo es mérito de los jugadores, sino de Laso, capaz de tenerlos motivados durante los 40 minutos, independientemente del rumbo que tenga el marcador (se superó ampliamente la barrera de los 20 puntos), favorable, todo sea dicho, en los últimos encuentros, donde el Real Madrid es un equipo con mayúsculas.
|