El Espanyol frenó en seco el ímpetu del Sevilla con una victoria (3-1)
este jueves en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, un triunfo
de la ilusión de Cornellà que estuvo sustentado en el efecto Caicedo, de
nuevo protagonista, y en la enésima gran noche de Sergio García, que sin
embargo no pudieron evitar un tanto final de Bacca que deja abierta la
eliminatoria.
La fe mueve montañas y el Power8 Stadium mostró el hambre y la
ilusión de los de Sergio González, en el lado 'amable' del cuadro y por
tanto con una hipotética 'semi' ante Málaga o Athletic Club, por retomar una bonita relación
con el torneo del k.o. Las vitrinas periquitas, con cuatro títulos de Copa en su haber, ansían
días de gloria y a base de intensidad y entrega parecen más cerca.
En medio de un ambiente festivo, con ánimo de revancha por la final de la UEFA de la
2006/2007 perdida en los penaltis ante el Sevilla, y de mucha motivación, primero apareció
Caicedo. El héroe del pase a los cuartos ante el Valencia, y artífice de los tres puntos del
sábado en Liga contra el Celta, aprovechó la titularidad y abrió la lata a los 18 minutos con
un tremendo disparo con la zurda desde la frontal y a la escuadra. El ecuatoriano hizo
justicia al mejor arranque local.
El Sevilla, superado por el coraje de los catalanes, sólo asomó con cierto peligro en el
tramo final de la primera mitad, cuando el esfuerzo local parecía pedir a gritos el descanso.
El ritmo de los de Unai Emery no era el adecuado para meter mano a un serio Espanyol, que
no concedió apenas ocasión a un rival que venía de dulce. El desgaste de los pericos podía
pasar factura, pero nada más lejos de la realidad de la segunda mitad.
El cuadro andaluz buscó la reacción desde el minuto uno de la reanudación dando
entrada a Carlos Bacca, pero el Espanyol siguió cómodo en sus tareas, con el peligro
acechante de la contra. El dominio de los sevillistas, estéril, no encontró huecos a pesar de
la entrada de Deulofeu. La acumulación de jugadores ofensivos no dio resultado a Emery,
mientras que las salidas locales en velocidad comenzaban a tener serio peligro.
Finalmente, en una mano desgraciada de Arribas, el Espanyol puso el segundo de penalti
por medio de Sergio García. A partir de ahí, con 15 minutos por delante, la eliminatoria
estuvo cerca de quedar sentenciada para los de Cornellà, pero el Sevilla salió airoso y con
opciones de apelar a la épica en el Sánchez Pizjuán. Y es que, los de Emery perdieron el
norte y quedaron en manos de un Espanyol crecido en la salida a la contra guiada por el
capitán local.
Sergio provocó primero una doble ocasión que abortaron Rico, en un mano a mano con
Stuani, y después Pareja sacando bajo palos el remate de Víctor Sánchez en el rechazo del
guardameta sevillista. Emery pedía calma desde la banda pero veía como se le escapaba
la eliminatoria. Se mascaba la tragedia y, con justicia, llegó el tercero local, obra del recién
salido Lucas Vázquez a pase, cómo no, de Sergio García.
Superado de arriba a abajo, el Sevilla encontró fuerzas de flaqueza para sacar un atisbo
de esperanza gracias al tanto ya en el añadido de Bacca, en una muy embarullada jugada
en el área de Pau López. Cual equipo grande, que recién ha firmado una histórica primera
vuelta en Liga, el Sevilla castigó con poco a su rival, que no supo rematar a su presa, para
permitirse más opciones dentro de siete días. Eso sí, el Espanyol de Copa parece otro.
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