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Prostitutas o la masturbación asistida | |||
Las trabajadoras del sexo aportan a sus clientes el placer físico pero sin establecer lazos emocionales | |||
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Hay circunstancias en las que las que la pérdida de un amor se vive con tanto dolor y se ve tan inútil, que algunos hombres prefieren no repetir y
recurren a las prostitutas para resolver sus necesidades sexuales. Y si pasa el tiempo y esas barreras que erigieron en su corazón les impiden la entrega pueden llegar a pensar que su camino es así. Quizá puede tratarse de una honda herida que no puede soportar las vibraciones de la sexualidad afectiva, por eso se protege y se refugia en el placer del cuerpo recurriendo a las trabajadoras del sexo para anestesiar el sentimiento de vínculo sin perder de vista sus propias emociones.
Habría que preguntarse si estas visitas a prostitutas que empezaron como una solución a ese irresistible duelo, han dado paso a una adicción que les sobrepasa y se ha convertido en una agridulce dependencia. Más tarde tendrá que reconocer que estando herido la prostitución ha supuesto una medicina urgente, un remedio paliativo frente a ese dolor, aunque pasado el tiempo convendría retirar esa dosis periódica y hacer frente a las emociones que traen nuevas experiencias de pareja. Y en los comienzos del que decide cerrarse a la sexualidad afectiva, empieza a notar cómo la prostitución es un sucedáneo limitado del amor que desea, aunque más tarde los posibles vínculos futuros se entierran... Y se da cuenta de que la prostitución no es más que una forma de tapar y de darle continuidad al dolor y la pérdida. Es una amenaza que persiste pensando que ya no hay recursos propios para afrontar los conflictos que surgen en las relaciones profundas. Tal vez el varón herido harto de sexo mercantil anhela activar su energía cardíaca y equilibrarla. Quizá quiere soltar el pasado y encontrar una cómplice con quien progresar sin ocultar su adicción y sus culpas... El cambio es una necesidad para crear nuevas avenidas y poder reorientar el patrón sexual evasivo que fortalece esa barrera. En Terapia se trata de vaciar sus recuerdos dolorosos que abren su corazón al abrazo, hasta con los recuerdos que pueden herir su alma. Y comprender que es absurdo pretender que la vida cambie si no empieza por hacer otras cosas: las cosas de distinta manera. En Terapia trabajaremos también con Meditaciones y enfrentar el ayuno de las adicciones que este trabajo conlleva. Y a partir de ahora observar, aceptar, descubrir, integrar, intentar comprender y confiar, y empezar a agradecer. Para de pronto, darse cuenta de que un día todas las piezas encajan y se sabe que la lección que le da la vida se ha completado. Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja www.elsexoesvida.com +34 639 555 994 Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo' |
De la misma manera que esperamos bastante de aquellas personas con las que tenemos confianza, también ellos esperarán mucho de nosotros. Porque cuando esperamos algo de alguien es porque sentimos la seguridad suficiente para saber que ese otro estará ahí pase lo que nos pase para escucharnos, para atendernos, para consolarnos y, sobre todo, para no fallarnos.
Muchas personas que han pasado por una depresión describen con alivio el momento en que todo empieza a mejorar: el ánimo sube, la motivación regresa, la mente parece más clara. Sin embargo, no son pocos los casos en que, meses después, sin una razón clara, la depresión vuelve.
Muchas personas que han pasado por una depresión lo saben: no basta con sentirse mejor durante unas semanas o unos meses. La recaída no siempre llega por un nuevo golpe externo, sino porque algo en el interior no ha cambiado del todo. Una idea, una creencia, una exigencia... que sigue allí, operando en silencio.
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