Siguen saliendo mentiras sobre la promesa de no subir impuestos. Una falsedad que, si llega a salir adelante, será un latrocinio más del Gobierno. No hace mucho publicábamos un artículo sobre el “latrocinio del falaz Sanchismo” con motivo de la propuesta que el Gobierno español había remitido a Europa para poder cobrar las ayudas. Esas ayudas le pierden y es capaz de rasgar los cielos con tal de recibirlas cuanto antes, pero Bruselas reflexiona sobre eso de dar dinero a España porque no confía en el actual gobierno, y menos sabiendo que huele a comunismo cavernario en la mesa del Consejo de Ministros.
No ha gustado nada que, entre los proyectos enviados a Bruselas casi en la fecha límite, se haya incluido el informe en el que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) plantea “acelerar la paulatina desaparición de la reducción por tributación conjunta en el IRPF mediante el establecimiento de un régimen transitorio”. Lo han mantenido oculto para evitar reacciones adversas, hasta que los medios lo han sacado a la luz y, una vez más, el Gobierno ha perdido los papeles. Ahora sabemos que “Hacienda aplaza la decisión sobre la tributación conjunta en el IRPF”.
La gravedad del asunto no es ese intento traicionero y silencioso, ocultado a toda costa en vísperas de las elecciones madrileñas; incluso se llegó a decir que el Gobierno no subiría los impuestos a la clase media ni a la clase trabajadora. Pero a quien no se los van a subir va a ser a las clases pudientes, ni a las grandes fortunas, porque esas siempre van por delante del desnutrido socialismo y del desnortado comunismo.
Pasado el 4M nos enteramos de que no quedará tributo, impuesto o tasa sin subir. Van a arrasar con todo. Ha sido tan manirroto y absurdo el gasto, desde que tocaron poder, que todo es poco. Antes de robar a la ciudadanía y atracar a la clase media deberían empezar por ellos mismos. Lo menos que se puede hacer es reducir el Gobierno. Todos sabemos que algunos ministerios pueden suprimirse y gestionarse desde las direcciones generales integradas en los diversos ministerios. Y voy más lejos: el ministerio de Irene Montero puede gestionarse desde dos áreas de servicios o desde una subdirección general. ¿Ven el despilfarro? Haciéndolo así sobrarían ministerios, direcciones generales, subdirecciones, servicios, áreas, secciones, negociados, …
Perfectamente se podría ahorrar el Gobierno de Sánchez alrededor de 7.000M de euros anuales. Téngase en cuenta que, según la medida de suprimir la tributación conjunta del IRPF, los expertos coinciden en que el Gobierno se ahorraría algo más de 1.000 millones de euros al año y 2.296 millones según la Autoridad Fiscal (Airef). Nuestra solución es más viable y ahorradora, aunque muchos asesores de mamandurria, liberados sindicales y personal de los partidos políticos se vería en la calle y sin trabajo. ¿Acaso importa algo eso a la ciudadanía que se ve pisoteada, sacrificada, represaliada y ahogada tanto fiscal como económicamente?
Es un hecho que al Gobierno le faltan arrestos y planificación para subir impuestos a los ricos, eliminar gastos de inútiles chiringuitos para enchufados, parásitos, absurdos asesores, inservibles sindicatos, invasores y demás, y todo ello pagado a costa de las rentas de la clase trabajadora. Demuestra el Gobierno Sánchez-Podemos que es ampliamente impresentable. Europa no es ajena a ello. Es un hecho que las políticas de izquierdas se acaban cuando se termina el dinero de los demás. La voracidad de la izquierda me recuerda a la glotonería e insaciabilidad de los nacionalismos periféricos.
Aún no sé qué es eso de subir "impuestos a los ricos". Supongo que se trata de mantener la incomodidad de los ricos, a la vez que se sangra a la clase menos pudiente; es decir, la clase media y trabajadora. Viendo cómo va la economía, los ricos no vendrán a invertir a España; es decir, ni están ni se los espera. De ahí que el sangrado lo busque el gobierno entre los trabajadores. Ya llegarán las urnas: no se puede mantener tanto parasitismo a la vista.
Ayer me decía un amigo, economista de primera fila, que este Gobierno lleva camino de destrozarlo todo y “es lo más parecido a las cucarachas: si ves una es porque hay 18 por ahí escondidas”. Repetían que no pensaban subir impuestos. Han pasados las elecciones y no hay ninguno que no suba, incluso se crearán otros nuevos.
Sánchez y Redondo se meten en la trinchera monclovita, pero sueltan a la novata delegada del gobierno madrileño a ‘ladrar’. Con el alcalde hizo un espantoso ridículo y los periodistas presentes observaron el odio que brotaba de los ojos de la ‘perrita ladradora’ y faldera que estrenaba cargo. En este caso, Mercedes González demostró ser una carga, como tantas otras. Acaba de llegar y Ferraz ya pide su dimisión.
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