Charlie Undershaw, el proyecto musical de Carlos Marín de Miguel, compositor e intérprete nacido en Valencia y afincado en Villarreal (Castellón), presenta su tercer trabajo discográfico con temas de inspiración brasileña y envoltura de Jazz.
Producido y arreglado por el gran pianista de Jazz valenciano Ricardo Belda, el disco ha contado con la participación de nombres fundamentales en el Jazz de nuestro país como el contrabajista Lucho Aguilar, la trompeta de Ivó Oller, Víctor Jiménez al saxo alto y Miquel Asensio a la batería.
Virar pró eterno apela a lo esencial de nuestras existencias, a lo que permanece, a lo que ha de buscarse en el interior de cada uno, a lo que es verdaderamente valioso e insustituible. Una música que aspira a dar solaz en tiempos vertiginosos, resguardo y sosiego frente a donde impera lo efímero y lo fugaz.
Este single que se presenta (el 30 de septiembre) da nombre también a un disco compuesto por 11 canciones, todas ellas instrumentales excepto un tema cantado con un poema musicado de Fernando Pessoa, que verá la luz el próximo 7 de octubre.
Charlie Undershaw
-¿Desde cuándo te dedicas a la música? ¿Es tu profesión? Llevo tocando la guitarra desde que era joven, pero para mí era solo entretenimiento. Tuve un profesor de guitarra brasileño que me enseñó un repertorio de temas de la Bossa Nova. Con esos patrones armónicos me iban surgiendo nuevas melodías y ahí dio comienzo mi etapa de compositor. He ido acumulando composiciones a lo largo de los años, y en especial, tras el nacimiento de mis hijos. Un día, al mostrárselas a un amigo, me dijo que tenía que hacer algo con esas músicas y así dio comienzo todo.
Soy profesor de Filosofía en secundaria, profesión que amo y que me realiza, pero poseo una vertiente creativa a la que doy cauce con la música.
-Siendo valenciano y viviendo aquí ¿te ha resultado difícil abrirte camino en el mundo de la música? Hoy en día, con Internet y las nuevas tecnologías, el lugar de residencia no parece importar demasiado para adentrarse en el mundo de la música. En mi caso, lo que me ha dificultado es haber empezado ya a una edad más tardía y no tener una trayectoria musical de años.
-¿Es más fácil ahora con las nuevas plataformas? Sí, desde luego, hoy en día, con un ordenador puedes producirte tu propia música en casa y subirla a las plataformas, pero, por contra, se ha multiplicado exponencialmente la cantidad de canciones que se puede escuchar en ellas. Se calcula que en el mundo se publican unas 40.000 canciones al día en las diferentes plataformas, lo que dificulta lograr difusión entre esa inmensidad de músicas.
-¿De dónde te viene la vena musical? ¿Y la inspiración brasileña? Mi padre era un gran melómano y heredé esa pasión por la música. En casa se escuchaba fundamentalmente música clásica. En la adolescencia me interesé por el pop británico denominado indie, y poco a poco fui introduciéndome en el Jazz y en la música brasileña. Siempre digo que la música brasileña me inspira y me insufla ganas de vivir. Además, tuve la suerte de vivir un tiempo de mi vida en Portugal, donde pude aprender la lengua.
-¿Nos puedes contar quiénes son tus músicos preferidos? Multitud de ellos, pero en el Jazz siento especial debilidad por Duke Ellington, y en la música de Brasil, sitúo a Antonio Carlos Jobim, uno de los mejores compositores del S. XX, trascendiendo géneros, como mi favorito.
-Todos tus discos no son instrumentales ¿por qué este sí? ¿Qué instrumento tocas? Siempre tuve devoción por los discos instrumentales con arreglos orquestales. En este caso, mi productor, Ricardo Belda, uno de los pianistas más destacados del Jazz de nuestro país, ha introducido unos arreglos de cuerdas muy hermosos. Así que exceptuando un tema que en el que he musicado un poema de Fernando Pessoa, uno de mis poetas más queridos, el resto son canciones instrumentales.
Mi instrumento es la guitarra, y en especial me gusta tocar a la manera que inventó el gran João Gilberto, con la «batida» característica de la Bossa Nova.
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