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Etiquetas | Fronteras | África

Ceuta, Melilla, nuestra frontera africana

En África hay dos ciudades europeas separadas solo por un poste fronterizo
José Enrique Centén
lunes, 20 de junio de 2016, 08:46 h (CET)
Europa empieza en Ceuta y Melilla pero no quieren reconocerlo, ciudades limítrofes y como tal hay que atenderlas no solo en campañas electorales, aunque en esta convocatoria nadie lo haga salvo un ministro supernumerario del OPUS-DEI para quien el predicamento cristiano que dice tener no lo contempla al condecorar la acción salvaje de un puñado de guardias muy preparados contra a un solo hombre para devolverlo tras las alambradas que había cruzado. No son formas de quienes deben velar por la seguridad ciudadana el apalear o cometer acciones aún más reprobables contra un puñado de negros desesperados que han recorrido miles de kilómetros hasta llegar al alambre de espino. Sin justificar esas salvajes acciones, en lugar de condecorar deberían de psicoanalizar, primero al ministro por premiar la barbarie y a los guardias porque puede que su violenta conducta sea consecuencia de la frustración al obedecer órdenes difícil de digerir agravadas por la impotencia por lo que ven diariamente, la de cientos de marroquíes traspasando la barra fronteriza buscando la oportunidad de mejora que no les ofrece sus gobernantes, es difícil hablar de esas dos ciudades sin caer en los tópicos usuales cuando se hace desde la lejanía de lo cotidiano que se vive allí, este farragoso asunto nadie lo trata por no ser marcado con algún apelativo acabado en …ista o …fobia, pero es la realidad en ambas ciudades y necesario es exponerla.

Ceuta la ciudad elegida y meta final para cientos de subsaharianos donde solo les separa las crueles concertinas para alcanzar la libertad o la esperanza de un mundo que creen mejor. Canarias, doble paraíso, el natural y el de muchos africanos subsaharianos por ser el punto europeo más cercano y no tan dramático de alcanzar, si puede llamarse así a la travesía de más de 100 Km. por mar hasta huyendo de guerras, pobreza y miseria provocada por dictaduras apoyadas por los llamados estados democráticos de Europa y América, los primeros desde tiempos ancestrales al repartir y trocear territorios según el interés de explotación, más tarde con la independencia de cada uno de ellos lo siguieron explotando apoyando a los diferentes dirigentes, a cual más corrupto. Los norteamericanos han sustituido a los primeros colonizadores en el saqueo de las riquezas africanas, se inició lentamente desde Tánger, puerta natural de África y la ciudad que firmó el primer tratado internacional con EE.UU. en 1786, y donde este construyó en 1821 su edificio histórico más antiguo en el extranjero, Marruecos también fue el primer país del mundo en reconocer la independencia norteamericana.

Pero en África hay dos ciudades europeas separadas solo por un poste fronterizo, siendo la entrada de cientos de magrebíes con la pretensión de dar el salto final a la Europa continental y lugar donde se desarrolla un drama desconocido para la mayoría de los españoles y el resto de los europeos, problema generado no por entrar, sino por el uso por parte de los muchos que entran cuando se encuentran con todo lo que carecen a pocos metros de distancia, su país, Marruecos. En primer lugar una libertad encontrada que mal ejercen, la Libertad se conquista no se regala y ellos en su mayoría nunca han intentado conquistarla para sí o los suyos al aceptar sumisamente la arbitrariedad de un rey y cabeza religiosa de todo un país, de nuevo la religión como fuente de males. Vivo en una localidad pequeña donde todos nos conocemos y con un alto porcentaje de magrebíes, respetuosos, trabajadores, integrados, sabiendo disfrutar de lo que tienen, y casualidad también hay una “caballa” que no desea volver por insoportable, vivía en Príncipe y ella igual que otras muchas siempre se cambiaba de acera cuando de frente venían un grupo de moros o de legionarios, sin excepción siempre acababan tocándolas el culo.

También en la Sanidad por el cotidiano abuso de ella y su vuelta a casa al otro lado de la frontera, capaces incluso si algún nativo de ambas ciudades cuando se cuelan o exigen atención inmediata les recrimina esas exigencias mientras están también esperando pacientemente ser atendidos, debiendo de soportar ser tachados de racistas. Habría que tomar medidas si no son residentes, la Sanidad la pagamos con nuestros impuestos y no se niega a nadie, cuando por necesidad hay y se debe atender, pero en Ceuta y Melilla se podría evitar el mal uso de esta práctica identificando a las personas que regresan a su casa al otro lado del paso fronterizo, identificación para pasar el cargo a Marruecos como instigador indirecto de esa práctica, en la Península se dan casos de inmigrantes y nacionales expulsados de la Seguridad Social por llevar más de dos años en paro, notificándoles el cobro de los gastos generados por atención médica, mientras que en Ceuta y Melilla se permiten a los no residentes ni afiliados a la S.S. el abuso de ellas.

Otro gran problema al margen del Sanitario es la residencia otorgada sin permisos de trabajo, trabajo que no hay, las tasas de paro en ambas ciudades son de las más altas de España, fuente de impotencia y frustración que engendran violencia en la comunidad ante la falta de soluciones o salida laboral, y germen del yihadismo radical. Graves problemas que las autoridades no han sabido solucionar y trasladan a los Cuerpos de Seguridad esa responsabilidad cuyos miembros está integrado por personas que sufren los mismos problemas del mal uso de la Sanidad, el paro, y el día a día junto a su familia y el resto de habitantes de ambas ciudades con impotencia. Malestar que algunos miembros de las Fuerzas de Seguridad salvajemente exteriorizan contra unos pocos del otro lado de las alambradas sabiéndolos solos, sin respaldo, personas anónimas con un solo vínculo entre ellas, el color de su piel negra, triste cuando decimos que somos civilizados.

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Se dice por ahí, que hay tantas verdades como mentiras, pero, de entre las primeras, solo una se impone como verdadera, se trata de la verdad oficial. En cuanto a las mentiras, son simples mentiras creadas para que sus productores tengan una ocupación y su despliegue mediático sirva de entretenimiento al respetable. No pasa nada si estas últimas son inofensivas, es decir, si siguen el juego al sistema y se mueven en el terreno del espectáculo.

Ni sindicatos, ni organizaciones patronales, ni ONG's, pagan siquiera el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), dado que los Ayuntamientos también los han declarado exentos del pago de ese impuesto. Es de resaltar que el patrimonio inmobiliario de que disfrutan estas organizaciones, situado generalmente en las mejores zonas de las grandes ciudades, les obligaría a realizar unos importantes pagos anuales que en virtud de la ley eluden por completo.

En un mundo donde la información se pasea por las redes y los aparatos móviles y el papel va desapareciendo a ritmo de vértigo en las casas y en las empresas de todo tipo, es necesario recrearse un poco en estas misivas que siguen estando presentes, con tal de reivindicar su hegemonía, para recordarnos que si antes fueron muy importantes, lo siguen siendo ahora también en pleno siglo XXI.

 
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