Los incondicionales del parapente y el ala delta necesitan cumbres o cerros donde las corrientes de aire sean favorables para lanzarse al vacío y surcar suavemente los cielos. En la primera de estas actividades se utiliza un planeador ultraligero, mientras que el segundo se realiza con un aeroplano. El resto, disfrutar de los bellos paisajes que se vislumbran desde ahí arriba: cordilleras de abrupto relieve, escarpados litorales, valles, ríos, estepas, mesetas, depresiones y villas con encanto.
El norte
La cordillera pirenaica, que se constituye en una gran barrera de relieve y orografía muy diversa de montañas, glaciares, parques naturales, barrancos, desfiladeros, ríos, valles y pueblos, ofrece ubicaciones espectaculares para surcar sus cielos en parapente o vuelo sin motor. En la parte oscense destaca la comarca de Ribargoza, desde sus cotas que superan de media los 2.000 metros de altitud, en el valle de Benasque, con picos que superan los 3.000 metros, en el de Ordesa, en la sierra de Gerbe o en Castejón del Sos. En tanto que en la parte ilerdense. despuntan lugares como el Vall d’Ager, el Mont d’Urgell y las comarcas de Pallars Sobirá y Cerdanya.
Mientras que en toda la Cornisa Cantábrica, con la espectacular visión de su escarpada costa, majestuosas montañas y valles teñidos de verde, se emplazan parajes de auténtico privilegio. En el País Vasco, en los acantilados de la playa de Sopelana (Vizcaya), en la de Zarautz (Guipúzcoa) y en determinados puntos de las sierras de Aitzgorri y Aralar (Guipúzcoa), Ereñozar (Vizcaya), Gorbea (Alava) o en la de Urbasa (Navarra). En Cantabria, en el valle del Liébana, el desfiladero de la Hermida o los Picos de Europa; en Asturias, en la estación invernal de Pajares, en el Mostayal, cercano al Anglirú (Asturias) y en la colina del Cuervo en Gijón y en Galicia, en cerros ubicados sobre las rías de Baiona o Pontevedra, en A Marufa en Santa María de Bares (La Coruña) o en la estación de esquí de Manzaneda (Orense).
La meseta central
En la meseta central, la altiplanicie que ocupa el centro de la península -léase las dos Castillas, Comunidad de Madrid, Extremadura, Valencia, Aragón y La Rioja- con una altitud media de 650 metros sobre el nivel del mar con depresiones y llanuras, cuencas y ríos, cultivos y campiña y circundada por la cordillera cantábrica, Pirineos, Sistema Ibérico, Sistema Bético y Sierra Morena, se emplazan magníficos zonas para navegar por el aire.
Un buen ejemplo es Piedrahita (Avila), uno de los lugares de mayor prestigio en el continente para la práctica del ala delta, mientras que en la provincia de Segovia destaca Arcones, una pequeña localidad ubicada en la cara norte de la sierra de Guadarrama. En Guadalajara resalta el Cerro Ventanillas en Almonacid de Zorita y el de La Muela, desde el cual se puede sobrevolar la cuenca del río Henares. Y en León y Salamanca sobresalen algunos lugares en la comarca de El Bierzo y la sierra de Francia, respectivamente.
La sierra de Guadarrama, en los limites de la comunidad de Madrid, reúne condiciones idóneas para el parapente en el área de las sierras de Gredos y Ayllón y en entornos naturales de los picos de Abantos, San Benito en Peñalara y La Najarra, entre las localidades de Miraflores y Soto del Real.
En Castilla- La Mancha se distinguen para realizar estas actividades aéreas la sierra de Javalambre (Teruel) y la de Oliva en Caudete (Albacete). Mientras que en la Comunidad Valenciana los enclaves favoritos para los aficionados de estos deportes de aventura son Villar del Arzobispo (Valencia) y Santa Pola (Alicante), donde se sobrevuela el Parque de las Salinas.
El sur
En el sur de la Península, en la que se divisan paisajes tales como alineaciones montañosas, altiplanos esteparios, llanuras aluviales y litoral acantilado, descolla la Alpujarra granadina, desde la que se observan los dos picos más altos de Sierra Nevada, el Mulhacen o la Veleta, la sierra de Lijar (Cádiz) y Teba (Málaga), que dispone de una de las pistas más grandes de Europa.
En ambos archipiélagos, el canario y el balear, prevalecen zonas como la de los miradores de los Giles y Las Coloradas (Gran Canaria), en Adeje despegando desde Taucho (Tenerife), en Famara al norte de la isla de Lanzarote, uno de los mejores lugares para practicar parapente y en las escuelas ubicadas en Alcudia y El Arenal (Mallorca) o Ciutadella (Menorca).
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