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​Nuevos planes para combatir la basura espacial: una amenaza invisible en la órbita terrestre

Proyectos globales y tecnologías emergentes para limpiar el cosmos y prevenir la creación de futuros desechos
Redacción
lunes, 6 de mayo de 2024, 10:41 h (CET)

La basura espacial, compuesta por satélites en desuso, fragmentos de cohetes y otros desechos que orbitan la Tierra, ha sido durante mucho tiempo una preocupación creciente para las agencias espaciales y los operadores de satélites debido a los riesgos de colisión y los problemas asociados a la seguridad de las misiones espaciales activas. A medida que el espacio cerca de la Tierra se ha ido congestionando cada vez más, la necesidad de medidas efectivas para gestionar y reducir estos desechos se ha vuelto más urgente.


BASURA ESPACIAL 1


¿Qué es la basura espacial y cuánta hay?


La basura espacial incluye cualquier objeto hecho por humanos que permanece en el espacio y ya no sirve a un propósito útil. Según un informe de la Agencia Espacial Europea (ESA), a fines de 2023, más de 30.000 objetos rastreables de más de 10 cm se encontraban en la órbita terrestre baja, con un estimado de millones de piezas más pequeñas que también podrían representar una amenaza para las operaciones espaciales.


Los peligros de la basura espacial


Los riesgos asociados con la basura espacial son significativos; incluso un pequeño fragmento puede dañar o destruir satélites en funcionamiento debido a las altas velocidades relativas a las que se encuentran los objetos en órbita. Un evento significativo en este sentido fue la colisión en 2009 entre el satélite desactivado Kosmos-2251 y el operativo Iridium 33, que resultó en miles de nuevos fragmentos de escombros.


Iniciativas y tecnologías para mitigar la basura espacial


En los últimos años, se han puesto en marcha varios proyectos e iniciativas para abordar el problema de los desechos espaciales. Por ejemplo, la misión ELSA-d de Astroscale demostró la viabilidad de capturar y desorbitar satélites en desuso mediante el uso de un servicer que se acopla a los satélites con problemas para luego retirarlos de la órbita activa.


Astroscale, con financiación de la Agencia Espacial del Reino Unido y la ESA, continúa desarrollando estas tecnologías con el objetivo de iniciar operaciones comerciales de limpieza espacial, con su próxima misión, ELSA-m, programada para lanzarse en 2024. Esta misión apunta a ser un servicio de eliminación de satélites en la órbita baja terrestre, marcando un paso significativo hacia la sostenibilidad en el espacio exterior.


Las políticas de mitigación de desechos también han evolucionado. La ESA ha implementado una nueva política que reduce el tiempo para la disposición post-misión de 25 a 5 años, con el objetivo de lograr una "visión de cero escombros" para nuevas misiones lanzadas desde 2030. Esta política refleja un compromiso más fuerte con la gestión proactiva de los desechos, incluyendo la necesidad de que los satélites estén preparados para su eliminación al final de su vida útil mediante interfaces que permitan su retirada.


BASURA ESPACIAL 2


La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) también se ha sumado a la iniciativa global para abordar el desafío de la basura espacial. Con una vasta experiencia en exploración espacial, la NASA acaba de anunciar planes concretos para enfrentar este problema creciente. Entre estos planes se incluye el desarrollo de tecnologías innovadoras para rastrear, monitorear y eventualmente eliminar la basura espacial que plaga la órbita terrestre.


Parte de la estrategia de la NASA implica el uso de vehículos espaciales especializados que puedan capturar y retirar los desechos de manera segura, evitando así posibles colisiones y reduciendo la cantidad de escombros en órbita. Estas tecnologías no solo tienen como objetivo proteger las inversiones en infraestructura espacial, sino también garantizar la seguridad de las futuras misiones espaciales, tanto tripuladas como no tripuladas.


Además, la NASA está trabajando en colaboración con otras agencias espaciales y organizaciones internacionales para coordinar esfuerzos y desarrollar estrategias conjuntas para abordar la basura espacial de manera más efectiva. Esta cooperación es esencial, ya que el problema de la basura espacial trasciende fronteras y requiere soluciones globales.


Con el compromiso y la colaboración de entidades líderes en la exploración espacial, como la NASA, junto con otras iniciativas privadas y gubernamentales, se espera que en los próximos años se logren avances significativos en la gestión y reducción de la basura espacial, protegiendo así el entorno orbital terrestre y garantizando la sostenibilidad a largo plazo de las actividades espaciales.


Desafíos y el futuro


A pesar de los avances tecnológicos y la implementación de políticas más estrictas, la gestión de la basura espacial sigue enfrentando desafíos significativos. Los satélites más antiguos, como el ERS-2 de la ESA, que fue lanzado en 1995 y cuya reentrada no controlada se espera para este 2024, representan riesgos continuos, ya que partes del satélite sobrevivirán a la reentrada y podrían llegar a la superficie terrestre.


BASURA ESPACIAL 3


El desafío persistente de cómo tratar con satélites que ya están en órbita y no cumplen con las normativas modernas, junto con los crecientes lanzamientos de satélites por parte de actores estatales y comerciales, exige una cooperación internacional más sólida y estrategias a largo plazo para prevenir la creación de futuros desechos y gestionar los ya existentes.

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