Honduras, como muchos países, ha tenido y tiene hijos prodigios del arte, grandes representantes de la pintura y maestros del pincel. Así mismo, por aquello de ser una Centroamérica unida en varios aspectos, a nuestro país han llegado hijos de otro país, pero no de otras tierras, ni de otras costumbres que se quedaron a compartir su obra y su talento; que hoy día enriquece mucho más las diferentes expresiones artísticas en nuestro territorio, dándole así, una diversidad en la que tanto nuestros niños, adolescentes y también nuestros abuelos, pueden en sus ratos libres, disfrutar y aprender; guiados por la mano de artistas que hoy también son hijos de esta nación que los recibe con calidez y ternura.
En esa misma línea en donde Centroamérica es un territorio para que habiten artistas de países hermanos, también podemos destacar que, la ciudad de El Progreso, Yoro, en Honduras ha recibido y abrazado a grandes talentos que hoy día, forman artísticamente a nuestros jóvenes y guían a nuestros abuelos con el pincel en la mano, cuando ellos, ya parecen por aquello de la inminente llegada de los años estar cansados.
En La Casa de la Cultura de El Progreso, Yoro tuve la oportunidad de conocer a un artista que accede a todo lo anterior. Un hombre entregado al oficio de la pintura y, a la idea precisa de que con el arte, podemos mejorar esta sociedad. El artista al óleo Noe Quiquivij o el profe Noe como le dicen sus alumnos. Un hermano del arte que llegó desde Guatemala hace diecisiete años y se instaló en la calurosa ciudad progreseña con el ánimo de mostrarle a quienes lo habían recibido, que su talento es nato, y los años entregados al oficio de la pintura en su natal Quetzaltenango en Guatemala le ayudarían a probar que; un artista pinta sobre los óleos, pero perfora con cada línea y trazo, la mirada de los hombres y las mujeres.
El profe Noe Quiquivij imparte entre días de la semana clases gratuitas a jóvenes y ancianos de la ciudad. Un gesto que, para nosotros los que amamos el arte trasciende el camino de la nobleza a uno de hombre ejemplar, sabiendo que, podría irse a otro lugar y cobrar por su gran trabajo artístico, decide entregar con paciencia y cariño a los ciudadanos de El Progreso, Yoro para que estos, puedan acercarse y tratar de descifrar junto a él, los misterios que encierra el oficio de la pintura y el pincel.
El trabajo del maestro Noe Quiquivij exquisito en su técnica, dinámico y amplio en sus matices y perfectamente estructurado en sus formas, ha recorrido el mundo en muchas ocasiones. Son cientos de cuadros y otras pinturas que el Profe Noe ha enviado por pedido a Estados Unidos, México, Canadá y Alemania demostrando así, que su obra fuerte y comprometida con un mejor mañana se construye desde la atemporalidad y sigue madurando para repartir en el seno de las bellas familias progreseñas y nuestra sociedad en general.
Como parte de las diferentes juventudes activas y vinculadas a expresiones artísticas me resta agradecer al profe Noe, que sabiendo todas las necesidades de aprender en nuestra ciudad decide entregar un poco de su tiempo y guiar con paciencia y ternura a sus pupilos; que estoy seguro, en un futuro no muy lejano, seguramente tendrán la capacidad de pintar lienzos hermosos que recorran el mundo, y demuestren el poder de la enseñanza que el maestro Noe Quiquivij está dando a nuestra juventud y el adulto mayor en esta Honduras, que persiste en el tiempo y decide emerger desde la arquitectura del lienzo y el pincel.
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