La economía española creció un 0,8% en el segundo trimestre, con lo que ya
acumula cuatro trimestres consecutivos creciendo a este ritmo, gracias al consumo
de los hogares y al repunte de la inversión, que mostraron aumentos trimestrales
del 0,7% y del 1,3%, respectivamente, según la Contabilidad Nacional Trimestral
publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este crecimiento del PIB del 0,8%
iguala a los registrados en los tres
trimestres previos (tercer y cuarto
trimestre de 2015 y primer trimestre
de 2016) y es una décima superior a la
estimación que realizó el INE a Ònales
del mes pasado (0,7%). Con el repunte
trimestral del PIB entre abril y junio se
encadenan ya doce trimestres de
avances.
El consumo de los hogares siguió
creciendo en el segundo trimestre
(+0,7%), aunque a un ritmo tres
décimas inferior al del trimestre
anterior. Por el contrario, el gasto público retrocedió un 1,6%, en contraste con el
avance del 0,7% que había experimentado entre enero y marzo. El gasto de las
instituciones sin Ònes de lucro al servicio de los hogares también pisó el freno y se
redujo un 0,3% en el segundo trimestre, frente al crecimiento del 0,7% que registró
en el primer trimestre.
Mientras que el consumo de los hogares desaceleró su ritmo de avance en el
segundo trimestre, la inversión lo incrementó un punto, desde el 0,3% del primer
trimestre al 1,3% en el segundo. Dentro de la partida de inversión, la dirigida al
sector de la construcción volvió a tasas positivas y aumentó un 0,9%. También
aceleró la inversión en bienes de equipo, que avanzó un 2,2%, por encima del
aumento del 0,9% registrado en el primer trimestre.
En el segundo trimestre, las exportaciones crecieron un 4,3%, frente al descenso
del 0,4% que experimentaron en el trimestre anterior, mientras que las
importaciones subieron un 2,7%, acelerando en 2,3 puntos el crecimiento
trimestral del periodo enero-marzo.
LA DEMANDA INTERNA TIRA DEL PIB, PERO MENOS.
del año, dos décimas menos que en el trimestre anterior, y acumula ya diez
trimestres en positivo, con crecimientos superiores al 3% en los últimos cinco
trimestres.
El INE ha explicado que la desaceleración en la variación interanual del PIB es
consecuencia de una menor contribución de la demanda nacional, que aportó 3
puntos en el segundo trimestre, ocho décimas menos que en el trimestre anterior,
y de una mayor contribución de la demanda externa, que pasó de restar cuatro
décimas al PIB en el primer trimestre a aportar dos décimas en el segundo.
Los dos principales componentes de la demanda nacional (consumo e inversión)
desaceleraron sus tasas interanuales respecto al trimestre anterior.
En concreto, el consumo de los hogares creció un 3,6% interanual en el segundo
trimestre, una décima menos que en el trimestre anterior, mientras que el
consumo de las instituciones sin Ònes de lucro avanzó un 1,5%, dos décimas
menos. Asimismo, el gasto de las Administraciones Públicas moderó su
crecimiento interanual más de dos puntos, hasta el 0,1%.
Por su lado, la inversión registró un crecimiento interanual del 4%, lo que supone
1,1 puntos menos que en el trimestre anterior. La inversión en construcción
moderó su avance interanual un punto, hasta el 2,1%, mientras que la inversión en
bienes de equipo se incrementó un 7,8%, en contraste con el aumento del 9,3%
registrado en el trimestre anterior.
LAS EXPORTACIONES ACELERAN SU CRECIMIENTO INTERANUAL.
En el segundo trimestre, la contribución de la demanda exterior neta al PIB fue de
cuatro décimas, en contraste con las dos décimas que restó al crecimiento de la
economía en el primer trimestre. Esto fue consecuencia del buen comportamiento
de las exportaciones, que aceleraron tres puntos su crecimiento interanual, desde
el 3,8% al 6,8%, mientras que las importaciones ampliaron 1,2 puntos su avance
interanual, hasta el 6,6%.
Desde la óptica de la oferta, la industria, la agricultura y la construcción
presentaron en el segundo trimestre un peor comportamiento interanual que en
el primer cuarto del año, al contrario que los servicios, cuyo valor añadido bruto
creció un 3,6%, la misma tasa que en el primer trimestre.
Por contra, la agricultura empeoró dos puntos su tasa interanual, hasta el 3,5%; la
industria recortó la suya una décima, hasta el 2,6%, y la construcción moderó su
crecimiento interanual seis décimas, hasta el 2,2%.
EL AVANCE DEL EMPLEO SE MODERA: 484.000 OCUPADOS MÁS EN UN AÑO.
En cuanto al empleo, el INE asegura que esta variable, medida en términos de
puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, creció entre abril y junio un
0,6% respecto al trimestre anterior, tres décimas menos que en el primer
trimestre.
En tasa interanual, el empleo registró un avance del 2,9%, tres décimas menos que
en el trimestre anterior, lo que supone la creación neta aproximada de 484.000
empleos equivalentes a tiempo completo en un año. Este comportamiento, junto
con la variación experimentada por la jornada media, dan como resultado una
desaceleración de tres décimas en la tasa anual de horas efectivamente
trabajadas, desde el 3,2% al 2,9%.
En el segundo trimestre, la ocupación en los servicios desaceleró una décima su
crecimiento interanual, hasta el 3,3%; la agricultura recortó más de tres puntos su
tasa interanual, hasta el 2,1%, y la industria empeoró ocho décimas su tasa
interanual, hasta el 1,6%. Por el contrario, la construcción aceleró dos décimas el
avance de puestos de trabajo, hasta el 1,1%.
SUBE LA REMUNERACIÓN POR ASALARIADO.
El empleo asalariado, por su parte, creció un 3,2% interanual en el segundo
trimestre, tres décimas menos que en el trimestre anterior.
Con todo, la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente subió tres
décimas, hasta el 0,4%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente
por hora efectivamente trabajada mejoró dos décimas, hasta el 0,3%.
En este contexto, la remuneración de los asalariados pasó del 3,4% al 4% por la
desaceleración del número de asalariados (del 3,5% al 3,2%) y por el aumento en
nueve décimas de la remuneración media por asalariado (del -0,1% al 0,8%). Así, el
crecimiento del coste laboral por unidad de producto (CLU) se situó en el 0,4%, una
décima menos que la variación experimentada por el deflactor implícito de la
economía (0,5%).
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