En Laos, como en el resto de Asia, se ve por la calle sobre todo gente joven. Pasan en motocicletas, despreocupadamente y sin casco, y pasean a orillas del gigantesco Mekong al atardecer.
Al contrario que en el resto de Asia, sin embargo, en Laos no se ve gente joven con teléfono móvil en mano u oreja, como si fuera parte de su anatomía. Son cosas que uno observa al entrar en un país en el que tampoco se observan vallas publicitarias y en el que, todo sea dicho, aún ondean banderas comunistas.
Este paisaje está a punto de cambiar, gracias a la introducción de los primeros teléfonos móviles de fabricación nacional.
Hasta ahora, los móviles tenían que ser importados, y costaban una pequeña fortuna. Laos, a pesar de pertenecer a las llamadas economías emergentes, sufre las consecuencias de no tener una salida al mar. Es agrícola y pobre, comparado con Tailandia o incluso Vietnam.
La empresa Ying Ze Lao Electronics ha anunciado que sus aparatos se venderán a precios que oscilan entre 20 y 45 euros.
“No es mucho dinero”, asegura Lisa, la joven que vende calcetines y vestidos en el mecadillo de Vientiane, la capital. “Bueno, es mucho para mis padres, pero no para mí”. 20 euros son unos 200.000 kip, la moneda nacional, y es más o menos lo que una veinteañera con un trabajo como el de Lisa puede ahorrar en un mes.
“Algunas de mis amigas tienen móviles Nokia, y yo tuve un Samsung durante dos años, pero se me estropeó hace seis meses...”. Dentro de unas semanas tiene previsto comprarse uno de los nuevos.
“Además”, continúa Lisa, “todas queremos enviar mensajes en lao”.
Efectivamente, después de su precio, lo más atractivo de la nueva propuesta es que los teléfonos de fabricación nacional permitirán escribir mensajes SMS en la lengua lao.
Lisa habla algo de inglés y algo de francés, la primera por el roce diario con los turistas y la segunda por la herencia del colonialismo galo. También entiende el dialecto del este de Tailandia, al otro lado del Mekong. Pero su lengua, a pesar de su apodo anglófilo, es el lao. Hasta ahora, dice, sus amigas se escribían mensajes en inglés. Y no es lo mismo.
El gobierno laosiano, un partido único de tendencias democráticas, se ha mostrado especialmente orgulloso de entrar en la carrera tecnológica en el idioma que habla el grueso de la población.
Ying Ze Lao Electronics Company tiene previsto fabricar unas 20.000 unidades en su primer año. Su gama incluye desde los teléfonos más simples hasta los smartphones con pantalla táctil y acceso a Internet.
No se sorprendan si dentro de unos meses visitan Laos y regresan a casa diciendo eso de: “Allí nadie tiene nada, pero todo el mundo tiene un teléfono móvil”.
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