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Conrado Durántez: "Hoy en día, con la victoria, la mayoría está pensando en el suculento cheque de la firma comercial que los ampara”

"Se había creado años antes el famoso plan ADO y claro, en tres días de competición, ¡oh, milagro!, habíamos conseguido más medallas que en el resto de la historia"
Roberto Carrera Hernández
domingo, 22 de julio de 2012, 14:47 h (CET)
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Hoy toca un poco de historia en las 2+12. De la mano del presidente de la Academia Olímpica, daremos un enriquecedor paseo por los más de dos mil setecientos años que han transcurrido desde los los primeros Juegos en Olimpia hasta el inminente Londres 2012. Inabarcable en una entrevista, nos conformamos con abrir boca con algunos de los capítulos más destacados. Su origen, la transformación de Coubertin, Hitler, Múnich, los boicots, Barcelona o el despliegue chino en una amena travesía por la ruta del olimpismo.

Entrevista, Conrado Durántez, Londres 2012
Siempre juntos (UNIVERSIDAD DE ALICANTE)

Cada cuatro años soñamos en la ciudad griega de Olimpia con el origen de la criatura. ¿Cómo empezó todo?

Los Juegos Olímpicos nacen con un criterio eminentemente religioso. El mundo griego se adelanta a otros pueblos al tener un concepto antropomórfico del dios, con forma e inclinaciones humanas. La mitología dice que Zeus, el dios nacional, habita en el Monte Olimpo, y deciden hacer sacrificios y ritos en su honor. Buscan para ello el lugar más hermoso de Grecia, el valle de Olimpia, cuyo verdor impresiona a la gente en verano cuando todo el país está asfixiado por el calor. Estos ritos, llevados a cabo por los peregrinos, se basaban habitualmente en ofrendas de figurillas de oro, plata o bronce en representación del dios, que eran quemadas en una gran hoguera. Con el tiempo, surge el problema de determinar a quién le corresponde el privilegio de encender la llama de la hoguera. Se arbitra un mecanismo curioso. Los peregrinos se sitúan a una distancia prudencial y enfrente de ellos se coloca un sacerdote con una antorcha encendida. A una señal, inician todos veloz carrera, y el que primero llega tiene el honor de tomar la antorcha y encender la llama de la gran hoguera. Este es el origen histórico de los Juegos Olímpicos. Como dijo Umminger, "están impregnados en su esencia de una atmósfera de conmovedora sencillez".

¿Qué suponía una victoria en los Juegos Antiguos?

No se puede calibrar con la victoria de nuestro tiempo. Hoy en día, algunos todavía tienen sensibilidad patriótica y se emocionan con su bandera y su himno, pero la mayor parte de ellos están pensando en el suculento cheque de la firma comercial que los ampara. En la Antigüedad, en los mejores tiempos, la victoria olímpica suponía adquirir un estatus social extraordinario, y muchos de ellos llegaban a ser venerados como héroes, cuasi semidioses. Sin ir más lejos, Alejandro Magno, en una de sus campañas, mandó poner en libertad inmediatamente a uno de sus prisioneros cuando supo que había sido campeón olímpico.

El Imperio Romano se los llevó por delante por considerarlos paganos, y pasaron más de 1500 años hasta que fueron recuperados. ¿Qué papel desempeñó Pierre de Coubertin en este retorno?

A Pierre de Frédy, mientras presidía el comité internacional que lleva su nombre, lo bauticé como el más famoso desconocido de la historia. Los Juegos Olímpicos son como una compleja obra donde hay que interpretar muchos papeles: el rey, el asesino, el sacerdote... Y todos ellos los hizo un solo actor, Pierre de Coubertin. Fue un pedagogo, un hombre que quiso introducir el sistema del deporte como elemento educativo de la juventud. La idea nace en una Francia postergada, y de ahí la expande a Europa y al resto del mundo para crear los Juegos Olímpicos. A muchos se les había ocurrido algo parecido, pero el único que tuvo la capacidad y la sagacidad para crearlos fue él. Uno de los hombres más importantes de la historia de la humanidad.


"Los Juegos Olímpicos también son como una hermosa ternera que está paciendo plácidamente en un campo y todo tipo de garrapatas se acercan para chuparle la savia de su sangre"



¿Cuál era la relación de España con el movimiento olímpico durante estos primeros años?

Hace poco he publicado un libro titulado "El COE. Un siglo", donde se pueden encontrar todos los datos al respecto. El primer contacto de España con el movimiento olímpico se produce cuando Pierre de Coubertin le pide a la reina María Cristina que nombre a un representante español para el Comité Olímpico Internacional. Se pone en contacto con el infante don Carlos, que es el abuelo materno de SM el Rey actual, un hombre con mucha influencia que nombra como representante a Gonzalo de Figueroa, Marqués de Villamejor, el primer miembro que tiene España en el COI. No se le atribuye un gran conocimiento sobre el olimpismo, pero batalló como pudo en aquellas circunstancias históricas hasta que el 25 de noviembre de 1912 crea el Comité Olímpico Español.

Después de la Juegos de 1896 (los primeros de la época moderna), ¿hubo algún momento de vacilación o el éxito fue inmediato?

Los primeros Juegos en Atenas fueron genéricamente un éxito, había nacido algo extraordinario, el movimiento olímpico. Con esa fuerza espiritual de buscar la paz, la mejora psicofísica del ser humano a través del deporte. No así los siguientes en París, que fueron un desastre. O los de St. Louis en 1904, ¡otro desastre! Pero demostraron hasta qué punto el olimpismo tenía esa fuerza extraordinaria para no haber sucumbido.


Entrevista Conrado Durántez, Londres 201
Hitler y los suyos comprobando si llueve en el Estadio Olímpico.
Pronto se convirtieron en un fenómeno más que deportivo. ¿Fue Adolf Hitler el primero en utilizarlos como canal publicitario ideológico en Berlín 1936?

Fue la primera vez que se intentó utilizar como un instrumento político. Hitler tenía aquella paranoia del racismo, donde había una escala social de razas, con los arias a la cabeza y los judíos al final, con la barbarie del exterminio. Y casi en el último eslabón estaba la raza negra, que le resultaba despreciable. Para colmo de su mala intención, surgió la figura de Jesse Owens, famoso atleta norteamericano, que siendo negro gana los 100, 200, 4x100 y salto de longitud en una memorable pugna con el atleta alemán Lutz Long, que era la encarnación del ario puro, buenísima persona, todo sea dicho, y al que vence Owens. Consiguió humillar a los jerarcas nazis en ese orgullo absurdo que tenían con el racismo.

¿Cómo eran los Juegos hace medio siglo? ¿Qué nos sorprendería más de ellos?

Los Juegos de Roma, en 1960, son como una esquina del poliedro que supone la evolución olímpica. El olimpismo todavía tenía unos parámetros mucho más espirituales, más tradicionales de los que tiene hoy en día. El deporte aún no estaba tan profesionalizado como ahora, había mucha gente aficionada, como nuestro equipo de hockey, que se llevó el bronce, y era gente que iba a entrenar pero que a la vez tenían sus carreras profesionales. Se respiraba el ambiente del verdadero olimpismo. Los súper-profesionales, como decía Ortega y Gasset, Johan Huizinga o José María Cagigal, no practican deporte, practican una profesión basada en una habilidad física, que es otra cosa distinta.

Alemania se anotó otro capítulo negro en 1972. La masacre de Múnich provocó un shock internacional, pero los Juegos apenas se suspendieron por un día. Cuarenta años después, ¿cree que se tomó la decisión acertada?

Estuve presente en aquellos Juegos, y fue espantoso. La primera vez que la Villa Olímpica se teñía de sangre. Los Juegos Olímpicos también son como una hermosa ternera que está paciendo plácidamente en un campo y todo tipo de garrapatas se acercan para chuparle la savia de su sangre. ¿Y quiénes son estas garrapatas? La política, las presiones sociales y comerciales... Todos estos elementos ajenos al olimpismo se acercan para sacar rendimiento de él. No digo que el Ejército de Liberación de Palestina no tenga razón en sus reivindicaciones, pero donde no la tiene es en el lugar donde las hicieron, con la criminalidad con la que se presentó. Buscaron el podio olímpico para hacer notar sus exigencias, con el coste que supuso la muerte de diecisiete personas inocentes. ¿Se debían de haber suspendido los Juegos? Se dudó, pero Avery Brundage, en aquel momento presidente del COI, decidió que tenían que continuar. Si una familia normal está celebrando una fiesta, y se mueren tres de repente, ¿se suspende la fiesta? Pues sí. Pero, ¿y en la familia olímpica tras este horror? Como dijeron los responsables en aquel momento, no, porque era poner el continuismo del olimpismo en manos de criminales. Los Juegos no pertenecen ni a los gobiernos, ni a estados, ni siquiera a los comités olímpicos, sino a la juventud del mundo que tiene el derecho de reunirse cada cuatro años en un lugar del planeta. Creo que hicieron bien en no suspenderlos.


"A pesar de las críticas, a Pekín deberían habérselos dado ya en el 2000. El movimiento olímpico crea una transformación de los países de forma pacífica y los da a conocer al mundo"



Otra de esas garrapatas llegó con la Guerra Fría. ¿Fueron las abstenciones masivas en Moscú 80 y Los Ángeles 84 el punto más conflictivo para el movimiento olímpico moderno?


Los boicots siempre los he considerado una ordinariez. Es no saber la persona que los decreta el lugar que ocupa. Cuando un gobierno adopta un criterio de un derecho que no le corresponde, deja entrever que no sabe lo que está haciendo. Porque los Juegos Olímpicos no le pertenecen. Fueron dos errores históricos estúpidos, porque a quienes más perjudicaron fueron a sus atletas, que no pudieron ir a competir. Entre muchas de las cosas buenísimas que hizo, Juan Antonio Samaranch supo acabar con los boicots, tomando acciones contra ellos y evitando que se convirtieran en una enfermedad crónica.

Entrevista Conrado Durantez
En Barcelona, ahora sí, ya estaban todos.
(MANUEL HUERGA)

¿Podemos hablar de Barcelona 1992 como el sueño hecho realidad para los padres del olimpismo?

Aunque el propio Samaranch siempre decía aquello de "han sido los mejores Juegos de la historia", cuando lo dijo en Barcelona, cargado de un gran sentimiento de su corazón como catalán y barcelonés que era, reflejó lo que fueron unos Juegos esplendorosos. Para España fue un acierto al 100%. Estaban todavía los criminales de ETA viendo la posibilidad de dar una dentellada a lo que era la credibilidad de España, pero no pasó nada. Teníamos el país de entonces como un jardín florido, un cambio enorme con la época de posguerra. No sucedió ni el más mínimo problema y fueron unos Juegos excepcionales. Nos pusimos de largo, se había creado años antes el famoso plan ADO y claro, en tres días de competición, ¡oh, milagro!, habíamos conseguido más medallas que en el resto de la historia. Fue un referente, y todavía hoy cuando viajo fuera de España me lo recuerdan.

Hubo muchas críticas por la elección de un país con un sistema político tan alejado de los valores que promulga el COI como es China. ¿Por qué Pekín 2008?

Vuelvo a citar a Samaranch con la siguiente frase: "El Comité Olímpico Internacional respeta los sistemas políticos de todos los países con tal de que estos países respeten la Carta Olímpica". En el tema de China, hubo muchas críticas sobre el sistema político o la falta de derechos civiles, pero yo creo que ya deberían habérselos dado en el año 2000, en vez de Sídney, por una razón muy clara. El movimiento olímpico crea una transformación de los países de forma pacífica y los da a conocer al mundo. Por ejemplo, en los años 60, los japoneses que aparecían en las películas siempre eran unos hombres bajitos, malísimos, que era la consecuencia del ataque a Pearl Harbor que en todas las producciones norteamericanas aparecían como asesinos. Van los Juegos a Tokio y Japón se rebela como un país con una altísima dignidad, trabajador e inteligente y entra en occidente. Y hoy en día, ¿quién no tiene en su casa un aparato japonés? Las consecuencias en China van a ser igual de grandes. El golpe positivo que el olimpismo le ha dado se está notando ya, y se va a notar más en los tiempos futuros. Esto va a influir de forma decisiva hasta en la estructura política, y lo vamos a ver en los próximos años.

¿Hacia dónde debe dirigirse el movimiento olímpico?

Los dirigentes del COI tienen que estar muy vigilantes contra el negativo impacto económico. Se están fijando mucho en las apuestas, hay muchos intereses de las firmas comerciales, que lo que les importa es sacar dinero como sea, y por supuesto el drama del dopaje y la fabricación de sustancias no detectables. Y sobre todo, defender y difundir las verdades olímpicas. La no discriminación, la búsqueda de la paz, luchar por sus ideales humanistas y positivos contra toda esa lacra que amenaza de una forma seria la pureza del deporte y de los propios Juegos.

 
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