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Busca detectar la desinformación, ser transparentes cuando se emplea al crear contenidos y que asista, no reemplace, el criterio periodístico
BILBAO, 5 (EUROPA PRESS)
La Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas han elaborado un decálogo para hacer un uso "ético" de la Inteligencia Articifial (IA) en los medios de comunicación y en el desempeño de la actividad profesional.
El texto, titulado "Para el uso ético de la Inteligencia Artificial en los medios de comunicación", primero de esta índole que se elabora entre los propios profesionales, ha sido creado en colaboración con la Diócesis de Bilbao, los medios de comunicación vascos, las tres universidades (UPV-EHU, Mondragón y Deusto), y expertos y universidades del Estado.
El documento ha sido presentado, entre otros, por la presidenta y decana de la Asociación y el Colegio Vasco de Periodistas, Amaia Goikoetxea; la directora del departamento de Medios de la Diócesis de Bilbao, Dorleta Alberdi; la catedrática de Comunicación de la UPV-EHU, Carmen Peñafiel; el catedrático de Periodismo y miembro de la Academia de Ciencias Europa Ramón Salaverria; y el profesor de Derecho Constitucional de la Complutense de Madrid y miembro del Comité de IA en el Consejo de Europa Mario Hernández Ramos.
Tal y como han explicado, las líneas principales del decálogo profundizan en un tema considerado de "absoluta relevancia y preocupación" en todos los ámbitos profesionales de la información ya que estas nuevas herramientas y aplicaciones están causando "un impacto profundo" y ofrecen posibilidades de uso difícilmente imaginables hace apenas unos años.
El decálogo parte de que el impacto de la IA será "transversal, sistemático y profundo en todas las actividades humanas, también en el periodístico".
Ante este impacto integral, desde el Colegio Vasco entienden que "la regulación y la ética se convierten en pilares fundamentales para asegurar un progreso tecnológico seguro y beneficioso para todos" ha dicho Goikoetxea.
Tras reconocer que no se puede obviar que la IA permite a los periodistas trabajar con macrodatos y revisar sistemáticamente fuentes informativas e institucionales, así como acceder a informaciones novedosas y producir contenidos simultáneamente en diferentes formatos e idiomas, han alertado por contra de la "incertidumbre" que genera en otros aspectos.
Entre estos, han mencionado "la gestión de los derechos de autor, la atribución de la autoría, la difusión de bulos y desinformación, las repercusiones en las condiciones laborales y el propio futuro de la profesión periodística".
TRANSPARENCIA Y CONTROL
El decálogo profundiza en aspectos clave como los niveles de transparencia en el uso de IA, la necesidad de explorar soluciones técnicas para mejorar la atribución y trazabilidad, y el compromiso con una revisión periódica de estos principios a la luz de la rápida evolución de la IA y sus aplicaciones en el periodismo.
Tal y como han remarcado sus autores, el objetivo es "ofrecer un marco ético exigente pero realista y adaptable, que pueda servir de guía para un uso responsable y beneficioso de estas tecnologías en los medios de comunicación".
Asimismo la guía surge con una aspiración "multifocal" para ayudar a los medios de comunicación y a los profesionales a aplicar las herramientas de la IA desde la ética periodística, la responsabilidad editorial de los medios, la transparencia y el reconocimiento de las diferencias entre contenidos "auténticos y sintéticos".
El primer principio del decálogo estipula que el uso de la IA en los medios debe aspirar a alinear su uso con "valores humanos, derechos fundamentales y códigos deontológicos periodísticos, dentro de las posibilidades tecnológicas y promoviendo la autorregulación responsable del sector".
Asimismo apela a velar por la transparencia puesto que "ser transparente con la audiencia sobre el grado de utilización de la IA en la creación de contenidos debe establecer niveles claramente definidos y, en todos los casos, "es necesario asumir siempre la responsabilidad editorial final del resultado".
El decálogo urge a "mantener el máximo control y supervisión humana en decisiones editoriales clave que permitan la máxima transparencia posible en cada fase del flujo de trabajo", sin comprometer la eficacia del uso de estas herramientas porque, sostiene, "la IA debe asistir, no reemplazar, al criterio periodístico".
Los profesionales han incluido, entre los puntos a cumplir, la necesidad de dotarse de "robustas medidas de ciberseguridad en accesos y usos de sistemas de IA" porque "las falsificaciones profundas (deep fake) son, actualmente, el uso más conocido de la IA como vector de ataque" a la veracidad informativa.
También se pide un esfuerzo para "proteger al máximo la privacidad de la audiencia e informantes, solicitando consentimientos explícitos cuando sea necesario" porque la privacidad no es sólo que "nuestros datos sean privados a terceros", sino también que "se pueda tener el control sobre ellos".
VERIFICACIÓN
El decálogo apela a buscar la "calidad y la verificación usando la IA como "apoyo para mejorar la calidad informativa y desarrollar herramientas de verificación, siendo conscientes de sus limitaciones".
En este sentido, considera que los poderes públicos, la sociedad en su conjunto, la audiencia, los profesionales y todo el resto de partes interesadas deberían extremar precauciones para evitar potenciar la desinformación".
El decálogo ha sido definido como "un documento vivo y abierto a su revisión periódica y debe establecer asimismo "canales para que la audiencia pueda cuestionar y criticar los usos de la IA en los medios".
Tras dar a conocer todos los puntos del decálogo, la catedrática de la UPV/EHU Carmen Peñafiel ha subrayado que el documento aspira a velar por "una información ética y honesta a partir de la preocupación de la profesión ante la desinformación".
Tal y como ha enfatizado, "la IA puede ser una tecnología muy útil y tiene gran potencial pero, también, es una herramienta muy apta para la producción de grandes volúmenes de contenidos de desinformación", desde el reconocimiento de que estas fake news o bulos "campan libremente hoy en ordenadores y móviles, con la ayuda de una industria muy potente y una alta tecnología que bebe de la facilidad que damos al ceder nuestros datos en internet".
Peñafiel ha añadido que, como la IA puede ser utilizada "de manera ética y correcta", este nuevo decálogo para periodistas busca "analizar, reflexionar e interpretar cómo puede la profesión contribuir a realizar un buen periodismo responsable y preparar a la sociedad para que sea capaz de detectar la desinformación y defenderse de ella".
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