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MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
El 92% de las personas que habitan en asentamientos chabolistas pertenece a minorías étnico-raciales, siendo predominante (77% del total) la población gitana, seguida de la árabe (13%), según consta en un estudio publicado este lunes por la Fundación Secretariado Gitano.
El trabajo se ha realizado a partir de 688 encuestas a personas que viven en 26 asentamientos de 17 provincias españolas; una muestra representativa de una población total estimada de 23.419 individuos que habitan en lugares análogos a los analizados en el estudio.
El 92% de las personas residentes en estos asentamientos pertenece a minorías étnico-raciales, el 77% de las cuales es de etnia gitana, seguida de la población árabe (13%), lo que pone de manifiesto, según la Fundación Secretariado Gitano una “situación de racismo estructural”.
A su vez, el 50% de las personas que viven en estos lugares tiene menos de 16 años, de los cuales un 40% son menores de 6 años.
Por su parte, el 93% de quienes residen en los asentamientos se encuentra en riesgo de pobreza, un guarismo que se incrementa hasta el 99% en el caso de la pobreza infantil. A pesar de ello, únicamente el 35% de ellas tiene acceso al Ingreso Mínimo Vital (IMV) u otras ayudas públicas.
En cuanto a las condiciones materiales de los asentamientos donde predominan las chabolas, el 90% de ellos carece de saneamientos, el 75% no cuenta con agua corriente y el 69% no dispone de electricidad.
Respecto al derecho a la educación, un 10% de la población residente en los asentamientos mayor de 10 años es analfabeta (un 12,2% en el caso de las mujeres; un 7,6% en el de los hombres); mientras que únicamente el 15,2% de ella ha alcanzado estudios secundarios, a lo que se añade que más del 60% de los chavales de estos lugares acude a centros segregados.
Por otro lado, el 24% de quienes viven en asentamientos tiene un empleo. En este ámbito solamente el 15% de las mujeres accede a un puesto de trabajo, frente a un 45% de los hombres.
Por último, el 91% de los entrevistados afirma que aceptaría una vivienda con mejores condiciones en otros barrios; sin embargo, tres de cada cuatro reconocen no tener medios suficientes y un 25% declara que nadie les alquila un piso en otro barrio.
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