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Diego Nevado Martínez
Diego Nevado Martínez
¿Te has planteado alguna vez todo el horror y el sufrimiento que conlleva consumir productos de animales y derivados a pesar de las deliciosas y nutritivas alternativas vegetales?

Es típico en Semana Santa consumir las monas de Pascua o las torrijas, pero ambas pueden hacerse deliciosas sin utilizar productos derivados de la explotación animal como son los huevos, lácteos y otros. Las monas de Pascua veganas puedes elaborarlas caseras o en mi caso, las compro en la panadería los manchegos del barrio de Marchalenes de Valencia, pues gran parte de lo que elaboran en la panadería excluye los productos de origen animal.

Por respeto a los animales, da el paso al sencillo veganismo

València Animal Save al igual que ocurrió en muchos otros lugares, realizó el pasado sábado una impactante performance sobre la cruel realidad que atraviesan todos y cada uno de los animales acuáticos para una alimentación antinatural y que de rebote está destrozando nuestros océanos en el caso de estas víctimas a las que se les dio voz apoyando las jornadas mundiales por el fin de la pesca en todas y cada una de sus sádicas formas.

La industria animal es la peor pesadilla que podamos imaginar: los animales son condenados a la agonía

Si hay un lugar escalofriante y oculto son los mataderos que cada día acaban con cantidades de seres sintientes para un momento de placer innecesario y cuya realidad está muy lejos de la que nos venden en anuncios que pretenden edulcorar la realidad y manipular nuestra conciencia, pues cualquier producto que venga de los animales conlleva la miseria, esclavitud y muerte de estos seres.

Nuestro país tiene muchísimas urgencias a las que destinar el dinero público y no a un espectáculo violento rechazado por la mayoría de la sociedad

Las Fallas han sido un año más la excusa perfecta para que los que hacen de la tortura y la humillación pública de los animales un rentable negocio mantenido a golpe de billetes de nuestros impuestos puedan gozar de la angustia de un animal indefenso.

Igual que para los fascistas si no te gusta gozar de la sangre y agonía de un toro no eres un buen español, para los falleros si no te gustan las fallas o todo el sufrimiento provocado por la pirotecnia no eres un buen valenciano y eso es una forma de imponer el pensamiento único como hacían los nazis, pues estos días en redes sociales cuando se visibilizan animales sufriendo o niños con autismo los falleros muestran su desprecio a ellos justificándolo por su diversión y diciendo incluso que el problema son ellos y que tenemos que irnos de Valencia hasta que acaben las fallas.

Más de la mitad de la población española se posiciona como abolicionista de la tortura y humillación pública de los animales, mientras que el 75% no acepta que se subvencione este espectáculo de tortura llamado tauromaquia (según las últimas encuestas, de EM-Analytics). A estos datos, hay que sumar las estadísticas claras del Ministerio de Cultura: ni siquiera el 2% de la población asistió durante 2022 a un acto taurino.

El pasado sábado, con las fallas ya comenzadas, activistas del colectivo antiespecista València Animal Save realizaron en la céntrica plaza de la Virgen un novedoso acto llamado contador humano simbolizando a los más de 3.000 animales que cada segundo mueren en la industria alimentaria tras una horrible "vida" de miseria impuesta y eso sin contar a las toneladas de animales marinos asfixiados lentamente y cuyas redes de pesca llenan de plásticos nuestros océanos.

Este 8 de marzo se celebra el Día de la mujer y hoy quiero dar voz a cómo los maltratadores utilizan a los más vulnerables para hacerles daño, pues es algo habitual en ellos utilizar a las niñas y niños o a los animales como un arma rojadiza para coaccionar a la víctima.

Es habitual que en un trabajo como el mío, limpiando patios de colegio, me encuentre palomas u otras aves en mal estado, y también es habitual ver la deshumanización y falta de empatía de los adultos ante estas situaciones a pesar de que se supone que deben fomentar valores de respeto y empatía en la infancia.

Nuevamente activistas de València Animal Save salimos a la calle el pasado sábado para informar a la gente de la realidad que esconde el Holocausto animal, pues todo lo que viene de los animales está tremendamente oculto para que la sociedad no sea consciente del horror que perpetúa (inconscientemente en ocasiones) al financiar a la inhumana industria animal.

Como todo el mundo habréis conocido ya, el pasado domingo se celebraba en Madrid una mascletá que tuvo rechazo incluso a nivel internacional y cuyas consecuencias estaban claras, pero ni el juzgado ni ningún organismo quiso pararlo. Fueron casi diez minutos de traca con 300 kilos de pólvora derivados de una apuesta del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a una de las zonas verdes con más biodiversidad de toda la capital.

El pasado viernes, acabando una dura semana de trabajo en la limpieza de patios de colegio, aparecía al lado de una clase una paloma con dificultades para volar y que había que sacar de allí. Al ser una persona animalista que piensa en todo individuo como lo que es, me puse unos guantes y metí a la paloma en una caja y comencé a escribir y llamar a todo el mundo para ver qué hacer.

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