Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | 12 de octubre | Autoridades | Irregularidades | Protestas
“Sólo nadando contra corriente es posible alcanzar la fuente”. Proverbio chino

La voz del pueblo retumba. El 12 octubre, en España

|

No se trata de unas voces discrepantes ocasionales, ni de una queja interesada, o lo que se podrían considerar los gritos de unas minorías disconformes, ni tan siquiera el murmullo grosero de aquellos antisistema profesionales, aleccionados para promover alborotos, crear tumultos o intentar llevar a España hacia una república sovietizada. No, no señores, lo que se repite, una y otra vez,  en cada nueva celebración de la fiesta de la Hispanidad, con mayor fuerza, estruendo e intensidad, es la expresión de un descontento creciente, de una frustración irreprimible, una añoranza de patriotismo que, en cada ocasión, resulta más patente, extendida y, a la vez, exigente. Es, señores, el pueblo español que se está apercibiendo de que, quienes están al frente del gobierno de la nación, lo vienen engañando con falsas promesas, doctrinas repulsivas, laicas moralinas y detestables engaños y acusaciones maliciosas hacia quienes, desde la oposición, vienen intentando detener semejante deriva, antes de que ya sea demasiado tarde para hacerlo.


El espectáculo grotesco que nuestras autoridades han montado con motivo del desfile de la Hispanidad, no tiene otra calificación que la de intentar ridiculizar y devaluar un acto patriótico, contrarrestar la previsible y multitudinaria reacción del pueblo ante la presencia, indeseada y provocativa, de un presidente del gobierno que se ha venido ganando a pulso la antipatía, la repulsa y el desdén, no sólo de aquellos que no le votaron, que desconfiaron de él o que están convencidos, desde el inicio de la legislatura, de que es un peligro para España, sino que (las encuestas son tozudas en confirmarlo) un número importante de los votantes del PSOE, en los últimos comicios, han decidido cambiar el sentido de su voto hacia otras opciones como pudieran ser el PP o VOX.


Y es que, señores, bastaba contemplar con ojo crítico la tribuna de personalidades ( para calificarlas de alguna manera) para poder comprobar la cantidad de personajes, personajillos, intrusos y demás arribistas que ocuparon su sitio al lado de personas que, sin duda alguna, tenían todo el derecho y la justificación de ser unas dignas invitadas al acto de la Castellana. No sé si a algunas de las señoras de este ramillete de izquierdas feministas, que estamos obligados a soportar estoicamente, tenían una ligera idea de lo que es vestirse para una gala semejante. Las unas parecía que iban disfrazadas para un baile de máscaras  (desgraciadamente sin la máscara piadosa que ocultase sus rasgos); las otras mostraban sus piernas rollizas y adiposas, seguramente pensando que iban a causar admiración entre el resto de invitados, sin la menor consideración por el buen gusto de la mayoría.


Hombres a los que se les notaba que el traje que habían alquilado no era de su medida y otros, a los que no les importaba presentarse ante los reyes con un atuendo más propio de un bar de alterne que de una ceremonia como la que tenía lugar. En fin, que se puede decir que, el mal gusto de la mayoría consiguió eclipsar las excepciones de aquellas damas y caballeros a los que se les notaba la clase, el saber estar y la buena crianza que, desgraciadamente lesfaltaba al resto.


El espectáculo inefable de un señor Pedro Sánchez a la carrera, para intentar evitar el estropicio protocolario de llegar con retraso a su cita con los reyes de España, sólo se puede entender si somos capaces de profundizar en la oscura y traumatizada mente del señor presidente del Gobierno, capaz de montar a favor de las izquierdas más antimonárquicas, un espectáculo ofensivo, para la Casa Real, como suponía el humillar a sus MM los reyes, llegando tarde para recibirlos. Pero no acabó aquí la serie de irregularidades protocolarias que el señor Sánchez se permitió cometer, cuando abandonó la recepción antes de que los propios monarcas lo hicieran. Afortunadamente, los monarcas tuvieron a educación que le faltó al jefe del Gobierno y no dejaron traslucir, en momento alguno, la incomodidad que tales gestos inconvenientes les pudieran producir.


Por suerte el pueblo madrileño y quienes acudieran de fuera de la capital para llenar el recorrido del desfile y, los miembros de las FF.AA que desfilaron, dieron una buena muestra de patriotismo, disciplina y profesionalidad a lo largo de todo el acto castrense que tuvo lugar. Por mucho que el impávido señor Sánchez disimulara, sonriera displicente y se mostrara ajeno a la tormenta de silbidos, insultos, muestras de desafecto y gritos estentóreos pidiendo que se fuera, no pudo evitar algunos gestos de desagrado. Una curiosidad: nos pareció que, en uno de los momentos álgidos de las protestas, la ministra del Ejército, señora Margarita Robles, miraba al presidente con gesto burlesco. Quizá nada más fue una impresión fugaz, pero a mí se me antojó muy significativa.


O así es como, un acto meramente protocolario, al que en el resto de Sur América se intenta boicotear con esta nueva falacia que se ha hecho correr por el indigenismo americano, dónde se nos califica de poco menos que ladrones y criminales por haber sido los primeros en llevar a unos indios, bastante sanguinarios en sus ritos religiosos, nuestra cultura y civilización. Ya se sabe, nadie puede esperar agradecimiento de quienes son incapaces de reconocer sus propios errores y pecados.


Escuchemos o, mejor, leamos, las palabras que el insigne Daniel de Foe, nos dejó escritas referente a la gratitud: “Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos, procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos”.

La voz del pueblo retumba. El 12 octubre, en España

“Sólo nadando contra corriente es posible alcanzar la fuente”. Proverbio chino
Miguel Massanet
viernes, 14 de octubre de 2022, 09:11 h (CET)

No se trata de unas voces discrepantes ocasionales, ni de una queja interesada, o lo que se podrían considerar los gritos de unas minorías disconformes, ni tan siquiera el murmullo grosero de aquellos antisistema profesionales, aleccionados para promover alborotos, crear tumultos o intentar llevar a España hacia una república sovietizada. No, no señores, lo que se repite, una y otra vez,  en cada nueva celebración de la fiesta de la Hispanidad, con mayor fuerza, estruendo e intensidad, es la expresión de un descontento creciente, de una frustración irreprimible, una añoranza de patriotismo que, en cada ocasión, resulta más patente, extendida y, a la vez, exigente. Es, señores, el pueblo español que se está apercibiendo de que, quienes están al frente del gobierno de la nación, lo vienen engañando con falsas promesas, doctrinas repulsivas, laicas moralinas y detestables engaños y acusaciones maliciosas hacia quienes, desde la oposición, vienen intentando detener semejante deriva, antes de que ya sea demasiado tarde para hacerlo.


El espectáculo grotesco que nuestras autoridades han montado con motivo del desfile de la Hispanidad, no tiene otra calificación que la de intentar ridiculizar y devaluar un acto patriótico, contrarrestar la previsible y multitudinaria reacción del pueblo ante la presencia, indeseada y provocativa, de un presidente del gobierno que se ha venido ganando a pulso la antipatía, la repulsa y el desdén, no sólo de aquellos que no le votaron, que desconfiaron de él o que están convencidos, desde el inicio de la legislatura, de que es un peligro para España, sino que (las encuestas son tozudas en confirmarlo) un número importante de los votantes del PSOE, en los últimos comicios, han decidido cambiar el sentido de su voto hacia otras opciones como pudieran ser el PP o VOX.


Y es que, señores, bastaba contemplar con ojo crítico la tribuna de personalidades ( para calificarlas de alguna manera) para poder comprobar la cantidad de personajes, personajillos, intrusos y demás arribistas que ocuparon su sitio al lado de personas que, sin duda alguna, tenían todo el derecho y la justificación de ser unas dignas invitadas al acto de la Castellana. No sé si a algunas de las señoras de este ramillete de izquierdas feministas, que estamos obligados a soportar estoicamente, tenían una ligera idea de lo que es vestirse para una gala semejante. Las unas parecía que iban disfrazadas para un baile de máscaras  (desgraciadamente sin la máscara piadosa que ocultase sus rasgos); las otras mostraban sus piernas rollizas y adiposas, seguramente pensando que iban a causar admiración entre el resto de invitados, sin la menor consideración por el buen gusto de la mayoría.


Hombres a los que se les notaba que el traje que habían alquilado no era de su medida y otros, a los que no les importaba presentarse ante los reyes con un atuendo más propio de un bar de alterne que de una ceremonia como la que tenía lugar. En fin, que se puede decir que, el mal gusto de la mayoría consiguió eclipsar las excepciones de aquellas damas y caballeros a los que se les notaba la clase, el saber estar y la buena crianza que, desgraciadamente lesfaltaba al resto.


El espectáculo inefable de un señor Pedro Sánchez a la carrera, para intentar evitar el estropicio protocolario de llegar con retraso a su cita con los reyes de España, sólo se puede entender si somos capaces de profundizar en la oscura y traumatizada mente del señor presidente del Gobierno, capaz de montar a favor de las izquierdas más antimonárquicas, un espectáculo ofensivo, para la Casa Real, como suponía el humillar a sus MM los reyes, llegando tarde para recibirlos. Pero no acabó aquí la serie de irregularidades protocolarias que el señor Sánchez se permitió cometer, cuando abandonó la recepción antes de que los propios monarcas lo hicieran. Afortunadamente, los monarcas tuvieron a educación que le faltó al jefe del Gobierno y no dejaron traslucir, en momento alguno, la incomodidad que tales gestos inconvenientes les pudieran producir.


Por suerte el pueblo madrileño y quienes acudieran de fuera de la capital para llenar el recorrido del desfile y, los miembros de las FF.AA que desfilaron, dieron una buena muestra de patriotismo, disciplina y profesionalidad a lo largo de todo el acto castrense que tuvo lugar. Por mucho que el impávido señor Sánchez disimulara, sonriera displicente y se mostrara ajeno a la tormenta de silbidos, insultos, muestras de desafecto y gritos estentóreos pidiendo que se fuera, no pudo evitar algunos gestos de desagrado. Una curiosidad: nos pareció que, en uno de los momentos álgidos de las protestas, la ministra del Ejército, señora Margarita Robles, miraba al presidente con gesto burlesco. Quizá nada más fue una impresión fugaz, pero a mí se me antojó muy significativa.


O así es como, un acto meramente protocolario, al que en el resto de Sur América se intenta boicotear con esta nueva falacia que se ha hecho correr por el indigenismo americano, dónde se nos califica de poco menos que ladrones y criminales por haber sido los primeros en llevar a unos indios, bastante sanguinarios en sus ritos religiosos, nuestra cultura y civilización. Ya se sabe, nadie puede esperar agradecimiento de quienes son incapaces de reconocer sus propios errores y pecados.


Escuchemos o, mejor, leamos, las palabras que el insigne Daniel de Foe, nos dejó escritas referente a la gratitud: “Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos, procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos”.

Noticias relacionadas

Cuando en las relaciones personales, sociales o políticas se pierden o desprecian las mínimas reglas o costumbres de educación o cortesía, éstas se convierten en un territorio minado donde el desencuentro y el enfrentamiento vienen a ser la tónica general entre los miembros de una colectividad. Si además esto se traslada a las relaciones personales de ámbito internacional, las consecuencias pueden ser imprevisibles.

Lo importante es caminar en sintonía con la naturaleza y el cosmos. La vida, por si misma, es una dependencia existencial, que nos llama a ocuparla de modo armónico. Sin embargo, las acciones humanas surgen de la iluminación o de la ignorancia. Esto es lo que tenemos que trabajar, haciéndolo con la energía del corazón y con la actitud de análisis de la mente, para no caer en la deshumanización e inhumanidad de los tiempos actuales.

Por ser de diferente forma, no quiere decir que los animales sean inferiores, sino que Dios nos ha hecho distintos unos de los otros, pero todos somos creaciones de Dios y debemos respetarnos. Todos deseamos vivir con el cuerpo con que hemos nacido y anhelamos la felicidad.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto