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Antonio Moya Somolinos
Antonio Moya Somolinos
Los que gobiernan la prelatura hace ya mucho tiempo que perdieron el objetivo espiritual
​Cuando estudiaba álgebra, al tratar de los espacios, se solía hablar de definir un sistema de coordenadas respecto de las cuales se pudieran referir todos los puntos del espacio.
En el Vaticano no hay mitras pá tanta gente
​No quisiera que el lector pierda de vista la visión general de esta serie de artículos. El objetivo de los mismos es comentar una carta escrita el 9 de enero pasado por el prelado del Opus Dei a sus seguidores sobre la libertad. En mi opinión, dicha carta tiene otro destinatario.
Hay muchos miembros que están literalmente cogidos por los cojones, sin independencia alguna en lo profesional o en lo económico
​En las entregas anteriores hemos visto las opiniones de otros acerca de la actividad más que dudosa del Opus Dei. Hay quien como el cardenal Sebastián habla de “corruptelas”; María Angustias Moreno lleva a cabo sus críticas con tal delicadeza que Antonio Pérez Tenessa no puede por menos que encarecerle una “excesiva benvolencia”.
¿Cómo es que se dejó hacer a un tipo como el padre Pérez lo que le salió a los cojones sin imponer la autoridad?
​Además de los informes calumniosos contra María del Carmen Tapia y Miguel Fisac, que ya hemos visto con algo de detenimiento, Javier Echevarría se despachó a gusto con más antiguos miembros del Opus Dei.
​Vamos a hacer un paréntesis dentro de lo que venimos exponiendo. Hace días, en un comentario del foro, prometí que aportaría una carta del cardenal Martini que venía al pelo.
​En agosto de 2014, estando en una convivencia anual de numerarios, vino a comer y a la tertulia Diego Herrera, un cargo regional del Opus Dei en España.
​Ayer mencionábamos la existencia de unos informes calumniosos de Javier Echevarría cuando era secretario General del Opus Dei, es decir, número dos, y a la vez trabajaba en la Congregación para las Causas de los Santos.
​Entramos de lleno en lo que yo entiendo que es el eje del fraude del proceso de beatificación de san Josemaría Escrivá.
Probablemente el lector, al concluir de leer la entrega de ayer, quizá tuvo un recuerdo, probablemente no demasiado favorable, hacia la madre de José María Gil Robles y Quiñones, que en gloria esté.
​Ayer vimos que los santos no salen solo a base de oración, sino de medios humanos y materiales,... y de dinero. Y que, a más dinero, menor tiempo tardan los expedientes.
​La idea de la última entrega era empezar hoy a tocar de lleno la beatificación de Josemaría Escrivá, que para muchos, yo incluido, tiene todos los tintes de ser fraudulenta. Para que esta afirmación no sea gratuita, habrá que demostrarlo en alguna medida.
​Habiendo expuesto en líneas generales algunas ideas sobre las beatificaciones y canonizaciones, entraré a tocar el controvertido proceso de beatificación de san Josemaría Escrivá de Balaguer, aunque en este artículo haré una última aproximación para entrar de lleno mañana.
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