Es frívolo hablar de celebrities en 2011
Mientras el agua anega lentamente Bangkok, y mientras el agua potable se vicia en las tuberías de la capital tailandesa y los supermercados se quedan si agua embotellada, me viene a la mente un programa que vi anoche en la televisión, en el que presentaban con mucho orgullo una botella de agua mineral de cien euros. Era uno de esos shows sobre lujo y placeres que proliferaron en la última década, y que en tiempos como estos resultan bastante trasnochados. Supongo que era una repetición, pues en los canales nuevos, aquellos que requieren pulsar dos dígitos en el mando a distancia, el bucle es lo que se estila. También creo –y no lo puedo asegurar, ya que prestaba la atención justa– que el tipo que la vendía decía que los fondos recaudados se destinarían a una ONG.