El acoso es un problema serio de la edad estudiantil. Pero las edades hay que pasarlas y sobrevivir en ellas, llevarlas con dignidad y a ser posible, para que todo vaya bien, con algo de sana y bien entendida religión.

Leo en estos días en la prensa que en varios colegios de la Comunidad de Madrid los padres han cambiado a sus hijos de centro para así poder alejarlos el próximo curso de aquellos que los acosan cada día y les hacen la vida imposible.

El caso de Alan, el adolescente transexual de 17 años que se suicidó el 24 de diciembre de 2015, pone de nuevo ante la opinión pública el problema del acoso. Las proclamas políticas y sociales se hacen oír.

Los humanos habitamos en el mismo planeta, en el mismo país, en la misma ciudad e incluso en el mismo nido… pero vivimos en mundos muy diferentes.

El caso de Diego de 11 años que se ha suicidado el pasado 14 de octubre ha conmocionado al país, y se entiende, porque es terrible que menores se quiten la vida.