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Ante los anuncios relativos a la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes que provocaron problemas en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación el pasado mes de marzo, el sector productor, la industria y la distribución alimentarias, muestran máxima preocupación por las graves consecuencias que un nuevo paro podría tener sobre las empresas y sobre los consumidores.
El sector agroalimentario es un área de actividad de una relevancia esencial en España. Se trata de una industria que destaca por su elevado potencial exportador y que tradicionalmente ha sabido capear los vaivenes de la economía. Actualmente vive una situación de mucha debilidad, debido a los altos costes energéticos y el elevado diferencial de precios entre la producción primaria y la venta al consumidor final.
El sector de la distribución alimentaria no puede afrontar una crisis multifactorial de esta magnitud sin ayuda. Este es el mensaje que ha transmitido a los empresarios andaluces Felipe Medina, secretario general técnico de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que ha participado esta mañana en la Tribuna LANDALUZ, que ha tenido lugar en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía.
El estudio revela que el 37% de las empresas agroalimentarias ha experimentado un aumento de los retrasos en los pagos frente al 8% que registra una disminución. Para proteger a la empresa de la falta de liquidez y evitar el riesgo de quedarse sin efectivo debido a los retrasos en los pagos, el 41% del sector ha incrementado el tiempo y los recursos que dedica al cobro de facturas impagadas.
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