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Sobre belenes hay mucho dicho y escrito, el frío ayuda a buscarlos con diligencia y originalidad múltiple. Llevamos siglos cumpliendo con la tradición de montar un belén diferente. Y sin embargo, por muy diferente que sea siempre tiene una pizca de creatividad que le hace ser diferente. Esta Navidad me he dado un paseo por varios lugares, para disfrutar de las distintas maquetas, hechas con todo el esmero de los especialistas en construir belenes o belenistas.
Navidad es dejar que Jesús nazca en nuestro corazón. En Belén celebró su llegada a este mundo en medio de personas sencillas. Cuando soñamos con un paraíso perdido, donde está el árbol de la vida, pensemos que el verdadero árbol de la vida no está lejos de nosotros, no es alargar las células de nuestro cuerpo unos años más, o transmitir ciertos datos a través del mundo informático para que nuestra sabiduría no se pierda, ni buscarlo al otro lado del universo en algún paraje de un mundo perdido.
Hay belenes que denuncian la soga de la vivienda. Según el último informe de la Fundación FOESSA de Cáritas, la vivienda asfixia a más de tres millones de hogares españoles y empobrece al resto de las familias que somos el 90% de la población española. Eso, por ejemplo, significa que el 16,8% de las familias quedan por debajo del umbral de la pobreza extrema una vez pagada la vivienda y los suministros básicos.
Patrimonio Nacional abre al público el Belén Napolitano del Palacio Real de Madrid. El montaje de este año, que puede verse hasta el domingo 8 de enero, incorpora unas doscientas figuras, tiene forma de “U” y homenajea a Juan Sebastián Elcano en el quinto centenario de la primera vuelta al mundo.
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