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Los expertos señalan que aunque se publicite en las noticias y en los medios todo el tiempo, el impacto a corto y medio plazo de la conducción autónoma es bastante limitado y que está mucho más allá de los retos en los que se están enfocando los ingenieros actualmente. Tampoco creen que la inteligencia artificial actual esté preparada para resolver todos los problemas a los que se enfrenta una conducción autónoma total.
La tecnología de conducción autónoma sigue avanzando, con un desarrollo tecnológico y proyectos piloto de numerosas marcas y actores, en diferentes partes del mundo, que los va acercando progresivamente a su implantación real. Los conductores ya pueden disfrutar del germen de estas tecnologías con los sistemas avanzados de asistencia a la conducción ADAS, que suponen los primeros pasos hacia una conducción automatizada.
Con el nivel 3 de conducción autónoma el conductor puede retirar las manos del volante y los pies de los pedales, y realizar otras tareas mientras el coche circula, como ver una película; solo tiene que estar alerta para intervenir si el sistema se lo solicita ante una situación de riesgo.
El futuro ya está aquí, es momento de reunir todos los refuerzos y las habilidades necesarias para crear ciudades ideales. El sistema actual que nos rige en la mayoría de los contextos urbanos no es accesible ni inclusivo, pero poco a poco está cambiando el panorama y una excelente forma de visualizar esta diferencia es a partir de la conducción autónoma.
Se puede definir un vehículo autónomo como aquel que es capaz de guiarse por cualquier tipo de vía sin necesidad de tener ningún tipo de intervención humana. Para llegar a este punto, la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE), definió una escala dividida en cinco niveles con la que se pueden clasificar este tipo de tecnologías, dependiendo del grado de intervención del conductor que estas requieran.
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