El futuro ya está aquí, es momento de reunir todos los refuerzos y las habilidades necesarias para crear ciudades ideales. El sistema actual que nos rige en la mayoría de los contextos urbanos no es accesible ni inclusivo, pero poco a poco está cambiando el panorama y una excelente forma de visualizar esta diferencia es a partir de la conducción autónoma.
Antes hubiese parecido un suceso sacado de los libros o las películas y, en efecto, todas estas ideas de los avances tecnológicos surgen de los padres de la ciencia ficción: H.G. Wells,Arthur C. Clarke, Julio Verne, pero más en específico, gracias a Isaac Asimov que publicó Yo, Robot, en 1950, novela en la cual por primera vez se describen “vehículos capaces de conducir sin intervención humana”, es decir, controlados por un sistema de inteligencia artificial.
La tecnología ha tenido una gran influencia de los libros de ciencia ficción, lo que ha posibilitado realizar cambios para mejorar la calidad de vida de las personas, además de potenciar la exploración de lo desconocido, la curiosidad y el afán de la invención. La imaginación, como siempre, es el motor que lo mueve todo. En los últimos años, la conducción autónoma se ha pronunciado bastante, por lo que el panorama del futuro que habíamos imaginado ha cambiado.
En el siglo pasado no hubiésemos pensado que esto fuera posible, aunque ya estábamos encaminados, sin saberlo. Los primeros sistemas de asistencia al conductor, como los indicadores de velocidad y las señales de giro, se remontan a la década de 1920, después de estos desarrollos, las tecnologías se volvieron más avanzadas y se continuaron fabricando otros sistemas, como el de control de crucero, la asistencia al estacionamiento, la detección de obstáculos y la navegación asistida por GPS.
La inteligencia artificial, el aprendizaje automático y los sensores avanzados son las bases responsables de que la conducción autónoma siga avanzando significativamente en todos los ámbitos. Este tipo de vehículos poseen la capacidad de detectar su entorno y tomar decisiones en la conducción misma, pero aún hay retos por superar, como la seguridad y la regulación en su implementación.
Los beneficios que esta tecnología traería para nuestro futuro proponen toda una revolución en la movilidad de las ciudades, en la industria automotriz y la economía. Los accidentes se reducirían, habría una mejor planificación de los espacios urbanos y una mayor eficiencia en el transporte, ya que estos autos están diseñados para evitar errores humanos, así como también lograr que las personas mayores y discapacitadas se sientan incluidas y puedan desplazarse fácilmente.
El futuro de la autonomía está cerca, pero aún poco lejos para ser una realidad cotidiana y global. De lo que sí estamos completamente seguros es de que tendrá un impacto que cambiará la dinámica de la vida, esencialmente, afectará a los trabajadores que dependen de la industria del transporte como los conductores de camiones y taxis. Las nuevas opciones de empleo que serán más cotizadas son las relacionadas con el desarrollo de las inteligencias artificiales, infraestructuras adecuadas, sistemas de gestión del tráfico y una conectividad de alta velocidad.
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