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El movimiento perpetuo origina de vez en cuando alguna configuración más estable, sea en forma de residuos, agotamiento de reservas o FIGURACIONES aparentes. De estas últimas quiero hacerme eco hoy. No adquieren una presencia física indiscutible, su figura es evidente, con notables repercusiones sobre la vida de las personas.
Somos un mundo de contrastes. Hay una incongruencia entre los moradores, sobre todo entre su decir y su hacer. Luego está la desproporción de los caudales entre países pobres y ricos. Nos falta compromiso y nos sobra endiosamiento. Fallamos en todo o en casi todo. De ahí, lo importante que es reconocer nuestra inconfundible debilidad para poder enmendar ciertas relaciones, ya sean entre nosotros y nuestros análogos y también con el hábitat natural.
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