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Estaba yo flotando de justa siesta entretenida con un personaje anónimo femenino, irrealidad pero deseo que había ido creando un crisol de idilios y metáforas poéticas, cuando la realidad pincha la nube y la nube la puerta de los sueños, zarandeando en mis cotidianas tareas comunes de la casa, al abrir los ojos, sorprendido me los refriego al comprobar que esa misma persona que me despierta es idéntica a aquella que había tenido en mis desvelos.
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