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Calle de la Paz. Se adivina una jornada agradable en la ciudad de Valencia. Pasan unos minutos de las diez de la mañana del día de Sant Blai, Elvira Navarro acude a nuestra cita en el hall del Hotel Vincci Lys. Pelo largo sobre los hombros, suéter rosa, falda morada, sonrisa amable. La tarde anterior había tenido lugar la presentación de su nueva novela, ‘Las voces de Adriana’ (Random House), en la librería Ramón Llull con buen éxito de público.
Barrio de Russafa. La fachada, cinco alturas, conjuga colores blanco y salmón, verticales. Es un edificio sobrio, antiguo, de toda la vida, ahora restaurado y convertido en el Hotel Petit Palace. Ocupa un amplio chaflán. Cada día, cada noche, la línea 7 de autobuses urbanos bordea su puerta principal. Son las seis de la tarde. O’clock. El cielo está raso y el sol, lentamente, inicia su retiro.
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