Aquel peculiar filósofo español, paradójicamente poco conocido entre nosotros, George de Santayana, cuyas obras más importantes fueron escritas en inglés, afirmaba que “los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. Esta frase, atribuida también a otros autores, incluido Karl Marx, podría ser una suerte de mal augurio o incluso un diagnóstico sobre lo que ocurre en España: desconocemos una buena parte de nuestra Historia y lo que “creemos saber” está con frecuencia condicionado por prejuicios que, a fuerza de repetirlos, se han convertido en moneda común.