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Los valores éticos se vuelven, a cada momento, más necesarios en la vida moderna. La serenidad mental y la resiliencia son útiles para las personas, y les proporcionan una mayor fuerza, energía y poder para afrontar las dificultades y problemas de la vida cotidiana. De esta forma, se mantiene un cierto equilibrio psicológico y también una considerable estabilidad emocional.
En la película "Into the Wild" (2007), dirigida por Sean Penn, se narra la historia de Christopher McCandless, un joven que renuncia a todas sus posesiones materiales y se embarca en un viaje hacia la naturaleza salvaje de Alaska, buscando la libertad y la felicidad en su forma más pura. La película, basada en hechos reales, nos invita a reflexionar sobre la búsqueda del sentido de la vida y la felicidad.
Otro verano que llega y se irá. Entropía y azar. Su sola mención provoca desazón en el sujeto pensante. Más allá de la segunda ley de la termodinámica, la derivación filosófica de la inapelable tendencia al desorden se presenta ineludible. Sabemos que el tiempo fluye y no conocemos, porque tal vez no existe, el mecanismo para desandarlo.
La ética estoica es válida y beneficiosa también para el siglo XXI. Los filósofos estoicos daban mucha importancia al control de las emociones, pero no querían reprimirlas o negarlas.
Filigramma número seis es producto del talento de cada uno de los participantes, pero nada de eso sería posible si no estuviera como trasfondo la persistencia de quienes han creído en el proyecto.
Las preguntas sobre la esencia de la felicidad han sido continuas a lo largo de la historia. Desde el justo medio y la prudencia de Aristóteles hasta el placer sin excesos de Epicuro. Y también la resiliencia y la razón como base para ser feliz del estoicismo
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