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Los del corazón alegre, que vinieron sonriendo a la vida, del amor disfrutaron en su día, melodías en sus almas escuché, se deshicieron las cosas malas del mundo y se mantiene a Dios, Creador.
Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña.
Supo de mi romance veraniego con mi co-terapeuta. Y del affaire con la acompañante psiquiátrica que trabajó en la Clínica pocos meses, durante la temporada que tuvimos completo el cupo de internados, y en la que llevamos adelante el Congreso sobre psicosis en el auditorio de Johnson y Johnson. Cuando la doctora Julieta W. me dio calce, no especulaba en ligar con ella.
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